27 May, 2015 | Una de las más recientes ocurrencias del señor Maduro es proclamar que "Venezuela va a la vanguardia del mundo"… Claro que no explicó en qué vamos a la vanguardia mundial. Me permito, modestamente, repasar algunas realidades.

Vamos a la vanguardia del mundo en inseguridad y violencia criminal. Un país que tenía una relativa normalidad en el dominio de la seguridad ciudadana, con indicadores mucho más bajos que algunos de sus vecinos, se ha ido transmutando en una de las sociedades más violentas, no ya de América Latina sino del mundo entero. En muertes violentas, es decir en asesinatos, vamos a la vanguardia del mundo.

También vamos a la vanguardia en inflación y todas las demás distorsiones económicas. En el rubro inflacionario estamos en primer lugar entre 200 países, y en caos cambiario, recesión, desconfianza general, escasez, magnitud de la deuda en comparación con la economía, y otros renglones similares, estamos a la vanguardia entre los casos más gravosos del planeta.

En corrupción también vamos a la vanguardia. O mejor dicho, va en la vanguardia la hegemonía despótica y depredadora que destruye a Venezuela. En ese campo es imbatible. Desde fuentes disidentes del oficialismo se estima la corrupción roja –a lo largo de casi 17 años— se ubica en la vecindad de 250 mil millones de dólares. Récord mundial. A la vanguardia del mundo.

En ineficacia e incompetencia, la hegemonía que Maduro representa también va a la vanguardia. Y ello porque si es verdad el reporte oficial de Pdvsa de que tuvo 128 mil millones de dólares de ingresos en 2014, cómo es posible que la situación socio-económica del conjunto de los venezolanos, esté tan pero tan mal, que se entra en escenarios de crisis humanitaria. ¿Cómo es posible eso con unos ingresos de 128 mil millones de dólares?

Asimismo, proclama Maduro que "nada ni nadie pondrá de rodilla la tierra de Simón Bolívar". Pues bien, esta tierra, nuestra tierra venezolana, no es que esté de rodillas, es que está postrada; y esa postración, ese abatimiento, esa humillación, ese debilitamiento máximo de la nación, ha sido causada, principal y activamente, por el despotismo y la depredación de la hegemonía bolivarista.

Razón por la cual, la hegemonía tiene que ser superada para que Venezuela deje de estar a la vanguardia del mundo en lo malo y lo peor, y pueda transformarse en un país viable, libre, justo, moderno, seguro, con un futuro que demuestre la capacidad de Venezuela, y desarrolle su potencial.