22 May, 2015 | Dios quiera que tal pregunta no la formulen nunca nuestros nietos cuando, en la escuela, miren el mapa disminuido de la Venezuela de pasado mañana. Y no tenga el maestro, corazón arrugado y rabia contenida, palabras para explicarles que esa franja rayada fue brazo nacional perdido a consecuencia de la desidia de dos presidentes de un mismo gobierno y un partido que prefirieron negociarlo a defenderlo, protegerlo, asegurarlo, rescatarlo. Ojalá así no ocurra pero, tal cual van las cosas, a nadie extrañaría que lo arriba presagiado termine siendo verdad patrióticamente muy dolorosa. Porque la indolencia, el silencio, la aceptación manifiesta de Chávez y Maduro frente al Esequibo, callando cuando tenían que gritar para que Georgetown los escuchase que El Esequibo es nuestro, admitieron que Guyana hiciese allí lo que no debía hacerse, quedando evidenciado de este modo que la Reclamación Legal de Venezuela en la práctica dejaba de serlo.

Desde el propio Libertador y Padre de la Patria, hasta el último presidente que tuvo la democracia, El Esequibo siempre fue punto de honor, tema sagrado que mereció respeto, aglutinó el mayor número de voluntades a favor y generó el más firme y claro deseo de pertenencia. Pero, llegada la revolución que se precia de ser la más nacionalista y resultó todo lo contrario, El Esequibo lamentablemente fue olvidado. Chávez primero y Maduro después, por coincidencia y solidaridad ideológica, a decir lo menos, le fueron dando largas como tema de discusión permanente, abriéndole camino abierto al gobierno comunista de Guyana para que invadiese, esa es la verdad, el territorio en reclamación.

El ingreso del buque de la Exxon, buscando petróleo en la plataforma marítima del Esequibo, que es venezolana, constituye la más terrible afrenta a nuestros derechos, una reiteración indudable del entreguismo revolucionario y sumisión vergonzosa al castrismo comunista. Que la Cancillería lo niegue, es otra cosa. Lo que nunca podrán desmentir es que millones y millones de venezolanos los saben culpables de que El Esequibo, ahora, le resulte a Venezuela territorio supremamente difícil de recuperar, pues hasta en los propios tribunales internacionales reina el asombro por la actitud del gobierno chavista de dejar perder lo que era nuestro.