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29 de marzo de 2024





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Pobre turismo, tan despreciado y maltratado
La hotelería no escapa a esta onda devastadora roja y los antiguos Hoteles Sheraton y Meliá siguen abandonados a su suerte después de 15 años.
Luis Eduardo Rodríguez

14 May, 2015 | Durante los últimos 16 años hemos visto como la actividad turística en el país y particularmente en nuestra amada tierra de gracia ha venido, progresiva e indeteniblemente, acercándose a un estado de deterioro tal que es poco lo que se puede esperar de ella como fuente generadora de divisas, multiplicadora de oferta de trabajo, atracción de inversiones locales y foráneas y herramienta de desarrollo, progreso y crecimiento.

Esta afirmación no responde a criterios subjetivos, interesados y mucho menos mal intencionados. Por el contrario, son realidades fácilmente comprobables las que le dan fuerza a lo que a continuación expondremos.

El flujo de turistas descendió drásticamente y casi no existe. Atrás quedaron los días en que se recibían decenas de vuelos chárter desde Canadá, Alemania, Argentina y Brasil a destinos como Margarita, Puerto La Cruz y Vargas. Igualmente, lejos quedo en el tiempo y la memoria el atraque de más de 159 cruceros a la Isla y La Guaira; por el contrario, los puertos están en estado ruinoso y, para colmo, destruyeron Puerto de La Mar.

Antes, envidiaban nuestra conectividad con el exterior. Todas las líneas importantes de Europa, EUA y América Latina tenían vuelos diarios y VIASA - nada que ver con la caricatura de hoy - nos conectaba con el exterior de manera regular, segura y cómoda. Lo mismo pasó con los vuelos domésticos; algunas líneas nacionales cerraron y las pocas que sobreviven vuelan apenas a un 40% de su capacidad operativa. Por otra parte, destinos icónicos como Canaima y Los Roques han caído en la espiral de destrucción rojita y no son ni la sombra de lo que fueron.

La hotelería no escapa a esta onda devastadora roja y los antiguos Hoteles Sheraton y Meliá siguen abandonados a su suerte después de 15 años. Tomaron por asalto los que antes operaban empresas de la talla de Hilton e Intercontinental y los convirtieron en unos bodrios de calidad ínfima, instalaciones en franco proceso de retroceso y manejadas por hordas burocráticas con nulo conocimiento del negocio de la hospitalidad. Qué decir de Conviasa y la confiscada Conferry hoy azotadas por la corrupción, la anarquía y la ineptitud.

La inseguridad campante e impune ha asesinado a más de 12 turistas solo en la isla de Margarita y un visitante alemán fue acribillado en el lobby de un hotel de lujo capitalino para robarle un reloj. La vialidad en el suelo, la contaminación y el deterioro ambiental presente en playas de todo el país que parecen basureros y aquí la planta de tratamiento de Aricagua vertiendo sus aguas negras en playa Parguito desde hace más de dos años. ¡Qué desastre!

Pero lo peor, lo que verdaderamente muestra el desprecio y la mofa del régimen hacia el turismo se manifiesta cuando designan a sus autoridades; todas ellas ignorantes de la actividad, sin experiencia alguna y credenciales académicas y profesionales inexistentes. Han pasado militares, amigos, amas de casa, políticos de tercera categoría. A todos le hemos dado el beneficio de la duda pero todos han fallado.




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