Porlamar
19 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Equilibrados y equilibristas
Las cosas son como son y deben llamarse por su nombre. Si la política está secuestrada por una hegemonía despótica y depredadora, denunciarlo es un deber, una obligación que surge de los hechos, de las evidencias.
Fernando Luis Egaña | flegana@gmail.com

5 May, 2015 | En la descripción de la realidad venezolana no se puede confundir el equilibrio con el equilibrismo. Lo primero sugiere sensatez, prudencia, objetividad; lo segundo, disimulo, acomodo, falsificación. El equilibrio obliga a tomar posiciones, a defender radicalmente la democracia, los derechos humanos, la justicia social, y todo el conjunto de valores que fundamentan lo mejor del venezolano y de Venezuela. El equilibrismo, por el contrario, busca confeccionar una zona cómoda donde no hay compromisos con valores sino con intereses.

Pero ojo, hay muchos equilibristas que se pretenden presentar como equilibrados, y allí comienza su peligroso desempeño. Cuando se escucha a un "dirigente" señalar que no es ni de gobierno ni de oposición, que hay buena disposición en ambos campos, que se deben aislar a los extremistas de lado y lado, y otras opiniones por el estilo, entonces no hay duda de que se trata de un equilibrista, no de un equilibrado. Se trata de alguien, por lo general, que quiere algo del poder establecido y que, probablemente, ya lo consiguió, precisamente al precio de presentarse como un factor moderado de la conflictividad política.

Las cosas son como son y deben llamarse por su nombre. Si la política está secuestrada por una hegemonía despótica y depredadora, denunciarlo es un deber, una obligación que surge de los hechos, de las evidencias. Si la economía está derruida por la misma causa, hay que plantearlo igual. Si la corrupción del poder avasalla al conjunto de la nación, callarse es hacerse cómplice.

Si la inseguridad social, la escasez generalizada, el deterioro agudo de todos los servicios públicos, la destrucción del salario, empobrecen masivamente a la población, hay que luchar para que ello deje de ser así, para que la hegemonía pueda ser superada conforme a los preceptos constitucionales, para que Venezuela pueda tener un futuro digno y humano. Esto es lo sensato. Lo prudente. Lo razonable. Lo justo. Lo equilibrado.

Pero el equilibrismo no tiene nada que ver con lo anterior. El equilibrista es un embaucador, si juega de mala fe; o un inconsciente, si lo anima la buena fe. De aquéllos suele haber más que de éstos. El equilibrismo siempre favorece al poder establecido, y lo hace de formas habilidosas y hasta sutiles, por lo cual hace mucho daño a las aspiraciones de cambio. No confundamos equilibrio con equilibrismo. Las palabras se parecen, pero su significado es muy pero muy distinto.




Contenido relacionado












Locales | Sucesos | Afición Deportiva | Nacionales | Internacionales | Vida de Hoy | Gente Feliz | 50° Aniversario | Opinión


Nosotros | HISTORIA | MISIÓN, VISIÓN Y VALORES