28 Abr, 2015 | El periodista norteamericano, Edward Murrow, considerado el fundador del periodismo radiofónico y quien combatió las ideas retrogradas del senador McCarthy expresó: "Lo que distingue una sociedad libre de otras que no lo son, es la existencia de una rama judicial independiente y la existencia de una prensa libre. Un poder judicial independiente que sirva de freno y contrapeso al poder ejecutivo y una prensa libre que cumpla su trabajo de informar, denunciar y criticar las acciones del gobierno". Murrow tiene toda la razón.

Un presidente norteamericano Thomas Jefferson fue un firme partidario de la libertad de prensa y lo expresó así: "Si a mí me tocara decidir si debemos tener un gobierno sin prensa o una prensa sin gobierno, no dudaría en preferir lo segundo". Un poder judicial independiente y una prensa libre son elementos fundamentales de una sociedad democrática.

Pues bien, esos dos pilares de una sociedad libre y plural hoy están siendo socavados lo que coloca en serio peligro a la instititucionalidad venezolana. En la actualidad se respira en las sedes de los tribunales en sus diversas instancias un aire viciado de inseguridad y miedo de los jueces. Cerca del 80% de nuestros jueces tiene carácter provisorio. Los concursos de oposición para la designación de magistrados han desaparecido de la escena judicial desde hace tiempo. Desafortunadamente vivimos un lamentable estado de secuestro y arrodillamiento del poder judicial a los poderes ejecutivo y legislativo. Eduardo Couture, el gran procesalista civil, con toda razón expresa: "Cuando los jueces tienen miedo no hay democracia". Y en Venezuela, no hay duda, los jueces tienen miedo.

Si embarazosa es la situación de la justicia, no menos penosa es la de la prensa independiente. La prensa libre sufre toda clase de privaciones y presiones. Rctv salió del aire en medio de una política oficial de venganza y retaliación, el canal de noticias Globovisión lo rindieron a punta de multas y presiones indebidas, Tal cual pasó a ser semanario porque no permiten acceso al papel, al igual que a El Nacional, El Carabobeño, El Impulso y otros diarios- . Ahora demandan a La Patilla, Tal Cual y El Nacional por reproducir una información, y lo hacen a sabiendas que controlan los tribunales. Utilizan al ministerio público y al poder judicial para sus fines políticos en una abierta y flagrante violación del Estado de Derecho y lo peor, es que lo hacen blandiendo la Constitución. Pretenden asfixiar a los pocos medios de prensa libre e independiente para imponer su hegemonía comunicacional. Quieren que se escuche una sola voz y una sola opinión: la del gobierno.

En estas condiciones, sin poder judicial autónomo e independiente y cada día más restricciones a la prensa libre debemos apelar a nuestra profunda dimensión libertaria e indeclinable vocación democrática para impedir el hundimiento de los valores por los que lucharon nuestros Libertadores y los hombres y mujeres que con esfuerzo y sacrifico forjaron el sistema de libertades públicas. No es hora de rendirse ante las dificultades. Es hora de lucha, unidad y cambio para reinsertar al país en el concierto de las naciones prosperas. Como dijo Martí: "Un hombre que oculta lo que piensa o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado".