26 Abr, 2015 | El concepto de "Economía Verde" se aplica, especialmente, a esa actividad resultante de la explotación comercial del medio ambiente sin menoscabo de su preservación como bien común incorporado al bienestar humano y la equidad social, es decir, una actividad en la que se reducen los riesgos ambientales y la escasez ecológica.

Sobre este tema, el PNUMA publicó en el año 2011 un reporte denominado "Hacia una Economía Verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza", en el cual se refiere, de manera puntual, al sector de turismo y a las ventajas de darle un enfoque de sostenibilidad, precisamente por ser esta área, según los datos de la Organización Mundial de Turismo (OMT), un sector que genera alrededor del 5% del producto interno bruto mundial, además, de ser la principal fuente de divisas para un tercio de los países en desarrollo y crea cerca de 8% del total de empleos.

Aunque se estima que un puesto de trabajo en turismo produce alrededor de 1,5 empleos indirectos en el área de los servicios, se debe tener en consideración que esta actividad, bajo un modelo no sostenible, depende de un alto consumo de recursos como energía y agua, además de que genera gran cantidad de residuos sólidos y de aguas servidas, que dañan considerablemente la biodiversidad terrestre y marina, y se convierte, entonces, en una amenaza para la supervivencia de culturas y tradiciones.

Afortunadamente, frente a ese turismo de masas tradicional con un vertiginoso crecimiento sostenido, está surgiendo en Nueva Esparta el turismo de naturaleza (ecoturismo), el turismo de patrimonio, así como el cultural y de aventura, gracias a iniciativas del gobernador Carlos Mata Figueroa, cuyas políticas en este aspecto, hacen preverle un futuro próximo y exitoso.

A esto debemos agregar que existe una marcada inclinación a favor del turismo ecológico y que muchos usuarios están dispuestos a pagar entre 2 y 40% más por esa experiencia, lo que hace pensar, que con ello, las pequeñas y medianas empresas turísticas, tienen mayor posibilidad de producir ingresos y aprovechar oportunidades de crecimiento mediante atractivos de recreación eminentemente ecológicas.

En el turismo sostenible se describen las políticas, prácticas y programas que tienen en cuenta no sólo las expectativas de los turistas respecto a la gestión responsable de los recursos naturales, sino también las necesidades de las comunidades que apoyan o se ven afectadas por los proyectos.