29 Mar, 2015 | Con estupor escuchamos esta semana rumores acerca de una escalada de secuestros de niños, supuestamente para el comercio de órganos a nivel internacional.

Esta terrible conseja que se difundió rápidamente en todo el país, puso en guardia a millares de madres y alertó, como es de suponer, a las autoridades de gobierno que, inmediatamente iniciaron una exhaustiva averiguación de los presuntos hechos.

La ola de rumores comenzó, según han determinado las investigaciones, a partir de unos mensajes publicados a través de las redes sociales, en el que se hablaba de algunas desapariciones de niños en el Zulia y Cojedes.

De esta alarmante difusión, se hicieron eco algunos medios de comunicación que, sin ahondar en la veracidad de los hechos, los presentaron como situaciones ciertas.

Desde luego, que frente a una circunstancia como esta, donde está involucrada la vida de los niños, se disparó la consternación nacional y, con ello, la reacción en cadena contra el gobierno nacional, a quien se le atribuyó la responsabilidad de la supuesta situación, debido a los niveles de inseguridad que registra el país.

Ha sido tal el impacto generado por estos rumores, que el propio Presidente Nicolás Maduro ordenó una investigación, que dio como resultado inicial la detención de una mujer que había denunciado la desaparición de su hijo, lo cual resultó mentira.

La mujer habría confesado al Ministerio Público, que le pagaron para que montara esta farsa, lo que hace deducir que tras los rumores se mueven intereses de sabotaje, orientados a crear zozobra, caos y angustia en la población, posiblemente con ánimos de golpear la imagen del gobierno de Maduro, a pocos meses de las elecciones parlamentarias.

No queremos pensar que sobre estos rumores tan abominables y hasta morbosos, esté la mano peluda de la política sucia y reaccionaria de algunos sectores de la oposición, porque de ser así, estamos seguros que caminan por vía equivocada y demuestran haber perdido, hace tiempo, la brújula del razonamiento.