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28 de marzo de 2024





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Héctor Villarroel: un "Compay volante" bien jocoso, galeronista y gallero
Nacido en el tradicional barrio "El Mamey" de La Asunción, desde hace muchos años está radicado en la Otrabanda de la ciudad capital, con su cría de gallos y venta de alimentos. Es un personaje popular, improvisador y creador de décimas.
Yanet Escalona

Foto: VANESSA RANGEL

El Compay volante ama sus gallos. / Foto: VANESSA RANGEL

29 Mar, 2015 | En una vieja casona ubicada en la transitada calle "Juan Cancio Rodríguez" de la Otrabanda de La Asunción, el popular personaje "Compay Volante", cuyo nombre de pila es Héctor Villarroel, pasa sus días con optimismo y buen humor. Aparte de tener una especie de bodega donde vende tomates margariteños, frijoles, pescado salado, auyamas y maíz, entre otros productos, llama la atención que, a la entrada, en un rectángulo de aproximadamente seis metros y que colinda con la acera, amarra sus "gallos de riña". Los cría y se los encomienda a personas para participar en peleas programadas en pueblos margariteños, porque a su edad prefiere ir poco a las galleras.

Aplica a sus 23 gallos la terapia solar. Los pone bajo el astro rey y en intervalos se acerca a ellos portando un tazón lleno de agua, y con una esponja les hidrata al dejarles caer un chorrito sobre ellos "para templarles el cuero" y, como si se lo agradecieran en el alma, los animales se quedan quietos con esta ducha portátil. Se ven elegantes y bien cuidados.

-Al margariteño siempre le ha gustado el juego de gallos, y desde niño uno lo siente así. Eso lo hemos traído en la sangre de generación en generación, agrega, este nativo, quien de joven emigró por un tiempo al estado Bolívar donde manejaba un autobús, pero luego regresó a su isla natal.

Horario preciso

La fachada de la casa necesita, sin dudas, un cariñito o ayuda de la alcaldía –o del dueño- para remozarse. Denota en sus rasgos que fue edificación hermosa en su tiempo. El techo con caña brava y tejas recuerdan el pasado asuntino.

En la enorme puerta de madera cuelga un peculiar aviso: "Aquí donde el Compay volante se trabaja de 5:30 a.m. hasta las 5:30 p.m., ininterrumpidamente, de lunes a domingo, incluyendo los días feriados. Se les agradece después de esa hora no molestar; sin excepción".

El cartel incluye la posdata o postdata (expresión latina post data, que significa "información posterior" o "tras la data"; abreviado P.D.), donde indica que "No hay servicio a domicilio". Ante tal advertencia, se le pregunta a Villarroel el por qué de esa aclaratoria, a lo que responde que está dirigido a los clientes apurados que no se quieren bajar del vehículo, y tocan la corneta o el pito del carro insistentemente, para que él se acerque y les entregue los productos que desean adquirir.

Foto: VANESSA RANGEL

Vende maíz y frijoles, entre otros. / Foto: VANESSA RANGEL

"Quieren que uno vaya a venderle dentro del carro. En cambio, cuando van a un supermercado, o abasto sí tienen que bajarse y pagar, de manera que también aquí tenemos nuestras normas", explica.

Dentro del caserón, hay un peso que guinda del techo y, detrás, en una cuerda cuelgan otros productos en bolsas. Abajo, en pipotes, coloca el maíz para la venta a granel.

Galeronista y poeta

Al fragor de sus vivencias margariteñas, el "Compay volante" también ha hecho del arte popular su forma de vida. Compone décimas y ha interpretado el galerón a sus anchas, sobre todo en los tiempos mozos cuando este canto tradicional sonaba más y era muy valorado.

-¿Cómo ve el galerón ahora?

-Eso lo han acabado mucho, porque lo mercantilizaron. Ya no hubo galerones de promesa. Ese folclor se comercializó, y todo por el "cochino" dinero, critica. No perdona a galeronistas quienes a su juicio, indolentemente se prestaron para ese juego.

-¿Y se puede rescatar?

-Lo veo muy difícil, aun cuando hay algunas escuelas de cantos tradicionales donde los niños y niñas interpretan el galerón, pero no es suficiente, dijo con nostalgia. Con respecto a la isla de Margarita, quiere verla siempre en positivo, porque desea todo lo mejor para su tierra.

Perfil del entrevistado

Héctor Villarroel, el "Compay volante" del galerón, nace en La Asunción el 26 de octubre de 1939. Su infancia transcurre en la calle Figueroa de El Mamey. Durante 30 años su décima sonora se escuchó para identificar el informativo de Mundial Margarita: "Cuando el sol omnipotente; rompe el alba en la mañana, se escucha como una diana la fabulosa de Oriente, el ñero que se haya ausente, piensa en su terrón isleño, y sintoniza con empeño para el mensaje escuchar, que le lleva hasta su hogar el Correo Margariteño".

"Sonó una pila de años y un día lo sacaron del aire", comenta en un lamento.




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