31 Ene, 2015 | Recibo de mi buen amigo Luis Alejandro Hernández, industrial de la pesca y empresario, hermano de mi extraordinario e inolvidable amigo Augusto Hernández (q.e.p.d.), e hijo de amigos, Luis y Lina Hernández Solís (q.e.p.d.), un texto del cual no usurparé ni el título, el cual nos luce apropiado, ni mucho menos añadiré una sola letra, como tampoco lo despojaré de ninguna. Igual conservaré íntegra la redacción. Aquí va, pues, íntegro:

"Cada vez que llega una temporada vacacional, algunos hacen un esfuerzo enorme para que los temporadistas vivan una verdadera aventura. Las líneas aéreas no respetan los cupos y hay que pasar horas, y a veces días, para poder viajar. Te tienes que 'bajar de la mula' con 4 o 5 mil bolos adicionales al precio del boleto y obtener cupo, para darte cupo al abordar el avión que éste viene medio vacío. Si por el contrario decides viajar en ferry, si llegas con el carro intacto a Puerto La Cruz por la huecamentazón. Las empresas operadoras, en especial las del gobierno, tienen casi todas las unidades paradas por mantenimiento, haciendo que el público las llame 'sinferrys', y no como verdaderamente reza su nombre. Si tuviste la suerte (crees tú) de llegar a la Isla, te consigues con que no hay agua en muchos sectores, casi siempre al que tú llegas y que la electricidad la cortan a diario por varias horas.

Si decides ir de compras y por fin consigues lo que andas buscando, cómpralo de inmediato porque si vas más tarde le cambiaron el precio siempre para arriba, más caro, por supuesto, sin que tus reclamos los escuche nadie. Ahora bien, quieres salir a departir con algún familiar o amigos y beberte unos traguitos, imposible, te consigues con la fulana 'ley seca'. Por otro lado, los empleados de restaurantes, posadas y hoteles no entienden que los días para 'librar' en un sitio que depende de las temporadas no pueden ser en los días de la propia temporada. ¿En qué cabeza cabe semejante imbecilidad? El turista viene a encontrarse con el restaurante cerrado, la cama sin hacer, etcétera. Uno se pregunta dónde están los recursos que por el impuesto al turismo (el 1% de las ventas) se recaudan. Si las playas están en total abandono, con falta de seguridad, buhoneros deambulando por todas partes vendiendo vainas y obligando a comprar lo que uno no quiere, pues uno va a la playa a tomar sol, bañarse y descansar.

Playa Parguito y Playa El Agua, otrora símbolos emblemáticos de las playas de todo el Caribe, ahora lo que dan es pena por su deterioro y por los atracos y hurtos. Los únicos dispuestos a trabajar a tiempo completo en la Isla son los choros y los funcionarios matraqueros. Los que conocemos a la Isla desde siempre no nos podemos caer a cobas. Margarita está cada vez peor, o nos esforzamos todos por recuperarla o nos quedaremos solos en ella, pues la gente tiene mejores destinos que el de una aventura para sufrir. Hay que ver ahora cómo va a influir la apertura de Cuba sobre una isla como la nuestra."