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Alternativa frente a la crisis
La gente bien sabe que el único responsable es Maduro y su inepto gobierno.
Luis Longart Guerra / longartguerra@outlook.com

27 Ene, 2015 | Mientras la crisis económica se agudiza, avanzan las conversaciones entre los dirigentes de los sectores democráticos con el fin de presentar al país una alternativa válida frente al desastre que padecemos. Capriles anunció que se han producido encuentros satisfactorios con María Corina Machado y la gente de Leopoldo López para concretar una alianza sólida y coherente en tan aciagos momentos que vive la patria. Acordaron en lo inmediato salir a la calle con el propósito de acompañar al pueblo en las denigrantes colas en supermercados, abastos y cadenas de farmacias. Nuestra gente madruga, sufre las inclemencias del tiempo y jamás había sido sometida a tanta vergüenza y humillación. Allí no hay que plantear nada político ni electoral porque la gente está molesta y harta de esta situación. La gente bien sabe que el único responsable es Maduro y su inepto gobierno.

Por su parte, el gobierno sigue empeñado en culpar a "la guerra económica". Una supuesta "guerra" que sufrimos por igual opositores y oficialistas, menos los pocos privilegiados que detentan el poder. Aquí no hay ninguna guerra económica. Lo que existe es el fracaso evidente del modelo político y económico del gobierno. Un gobierno que se ha dedicado a cercar y perseguir a los sectores productivos, a expropiar y a satanizar a la empresa privada. Pongo sólo tres ejemplos: harina de maíz, café y cemento, pero pueden ser muchos más. El gobierno expropió varias empresas de harina de maíz. Ahora, ¿dónde está la harina de maíz que producen las empresas expropiadas, por ejemplo harina de maíz Juana? En el renglón de café, ¿dónde está producción de Fama de América, empresa expropiada por el gobierno? Y por último, el cemento, ¿dónde están las toneladas de cemento que producían las empresas expropiadas por el gobierno? El gobierno miente con descaro para tratar de esconder su incompetencia, fracaso y corrupción.

Todos estamos decepcionados, insatisfechos e irritados ante esta amarga coyuntura, incluso los partidarios del oficialismo. Merecemos vivir mejor. Aquí todos trabajamos y nos esforzamos para salir adelante. Tiene que haber un cambio. El gobierno debe oír a su pueblo y rectificar. Un diario nacional reseña que un señor en una cola ante un supermercado dijo: "El presidente Maduro ni Cilia saben lo que es hacer una cola de cinco horas o más para comer. Tampoco pasan un día recorriendo los supermercados posibles para medio complementar el mercado de la semana. Que salgan de su mansión y vean las calamidades que está pasando el pueblo". Más claro ni el agua, decimos nosotros. Es la verdad.

Maduro no puede seguir hundiendo al país en nombre de un modelo fracasado.
Tampoco debe seguir jugando con la paciencia de nuestra gente y seguir mintiendo ante una situación tan crítica y difícil.

Los sectores democráticos y de cambio debemos afinar con mucho acierto y responsabilidad una política de unidad nacional frente a la camarilla oficialista que ofrezca suficiente confianza y certeza a todos los venezolanos que tendremos una alternativa viable ante la inocultable crisis que sufrimos. Esta es una tarea histórica insoslayable.




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