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Filosofario Orillero
En el entrevero de la realidad nacional uno se precia de prudente, aunque no de imparcial a la hora de los lamentos y de las preocupaciones por lo actual y por lo que se piensa y se promociona que nos espera.
Marino Luna. juliomarinoluna@hotmail.com

26 Ene, 2015 | A algunos se les oye decir por ahí que logramos arribar a diciembre, gaspaleando y con el bofe afuera. Otros, con picardía mal disimulada, agregan que el mal en verdad durará cien años por que el cuerpo resiste hasta que la mar se seque...En el entrevero de la realidad nacional uno se precia de prudente, aunque no de imparcial a la hora de los lamentos y de las preocupaciones por lo actual y por lo que se piensa y se promociona que nos espera.

No obstante también sabemos, por la bendita experiencia y como consuelo, que estos ciclos de dificultades terminan por ser transitorios y hasta ejemplarizantes en la templanza del espíritu nacional. Este tipo de situaciones no nos son ajenas, y más bien aquí han florecido con mayor fuerza que en nuestras vecindades; y siempre se ha encontrado una senda expedita para continuar. Nunca se ha tenido que llegar al extremo de tocar retirada, o peor, abandonar la piragua. Cuando mucho “se recogía la colcha” y se sacudía de limos y aguamalas y se preparaba al llamado de los vigías para la próxima calada. Tampoco fue tan verdad lo “del tamaño del compromiso” .

Como enanos siempre se ha ido, pero de frente, ante los tropiezos; y aquí es precisamente donde esplende la importancia de la terquedad, del empecinamiento. Allí radica el coroto...Lo de David y Goliat, para los venezolanos, ha sido una constante: Gómez, a Morillo antes de Matasiete, “podrá hacerse dueño del área estéril de la isla, pero jamás podrá decir que se le rindieron sus defensores”. Sucre, en la pampa del Rincón de Los Muertos, apostrofando a los suyos ante un Goliat engreído de su poder. Rivas, en La victoria, a sus soldaditos imberbes. Barreiro, ante Bolívar en el Pantano de Vargas con su blasfema admonición: “ni Dios me quita la victoria”...Todos los malvados gobiernos, que no han sido pocos, todas las dictaduras surgidas de la candidez y credulidad del pueblo, y toda la perversidad de la dirigencia política mal intencionada, no han sido ni serán lo suficientemente poderosos para torcer el empeño por la paz y la solidaridad del venezolano.

De esta modesta manera recojo mis mejores augurios de bienestar y fuerza de espíritu para la gente toda del Municipio, del Estado y de Venezuela entera, para este año que pintan los pesimistas, negro y cerrero, pero que uno sabe que habrá de terminar manso y de las bridas con la determinación de siempre...Y va dirigido más a los muchachos que a los viejitos, por que estos ya conocen el camino andado; los otros están siempre bajo la tentación del dominio ajeno y la alienación para trocarlos en fanáticos de miserables intereses y así domeñarles su temperamento inconforme y levantisco ante las injusticias como siempre ha sido.




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