19 Dic, 2014 | Nos satisface la reciente premiación en sendos concursos literarios de los amigos Carlos Cedeño Gil y Luis Malaver, viejos camaradas en este mundo de la palabra escrita. Ambos con sus estilos, ambos con su manera de asumir el trajín dentro de la literatura. Carlos anda más en su mundo, en su soledad, a la que cuida como una compañera amorosa; algo distante del trabajo organizativo en colectivos. Pero capaz de llorar de dolor, en fraterno gesto solidario, cuando uno pasa por un mal trance de salud. Luis, el flaco de La Fuente, el Malaver que vio sus primeras imágenes eróticas en el viejo cine de Paraguachí, hoy convertido en centro de redención cristiana (al menos eso predican allí), más vinculado al jolgorio de cada día en el mundo de la literatura, el cine el teatro y las artes plásticas.

Carlos Cedeño Gil acaba de recibir el Premio de la I Bienal de Poesía José del Carmen Rosas, por su poemario "Socaire", del cual sabemos es prácticamente un homenaje a un amigo, maestro, o como lo dice la querencia de Carlos, padre común, José Lira Sosa, el poeta Lira, como siempre le llamamos, que tanto para Carlos como para mí y muchos otros fue una especie de guía, bien en lo literario o bien en lo político.

La Bienal ganada por Carlos Cedeño Gil se realiza en honor a otro de nuestros grandes poetas, José del Carmen Rosa Acosta, a quien en una oportunidad conocimos como el "hermano de Charo", en referencia al cronista Rosauro Rosa Acosta. Pero apenas empezamos a leerlo se nos hizo el poeta Checame, pues su poesía, también su prosa, era su mejor presentación. Como bien se dijo en el acto donde Carlos fue premiado por su "Socaire", un poeta con una obra que debe ser leída.

A Luis Malaver lo premiaron en Apure, donde ya es mal visto por otros escritores, pues han sido dos las oportunidades en que ha ganado la Bienal José Vicente Abreu, en la segunda edición recibió su galardón en el renglón de Poesía, por su poemario "Malavarismos", y en esta oportunidad, en la III Bienal, ganó en Narrativa, con la novela "Días de abril", una historia que se ha paseado por diversas expresiones del escritor con bastante acierto. Historia de amor fuera de lo pautado de los cánones cristianos, a los que el flaco nunca ha atendido, salvo en sus años de infancia cuando intentaron convertirlo en un buen hijo de Dios. Así que es una historia de amor e intolerancia, que se da precisamente en que los grandes medios en este país sembraron la intolerancia hasta casi llevarnos una guerra civil, la cual ellos narrarían desde sus cómodas butacas, tal como si se tratase de un juego de béisbol.

Vaya, pues, un hurra a nuestra literatura, a estos escritores nuestros, premiados hoy; con una obra reconocida en otras oportunidades y espacios, así como a un merecido recordatorio a José del Carmen Rosa, Checame, y a José Lira Sosa, el poeta; sin dejar atrás a otro mencionado en esta nota, el fraterno, cordial y maestro Rosauro Rosa Acosta, Charo.

Bueno sería releerlos y leernos para seguir entendiendo que vivimos en una hermosa isla, donde no todo es vitrina, dólares y revendedores.