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29 de marzo de 2024





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El diálogo es el camino
En los últimos años, ante cada incremento en el deterioro de nuestra calidad de vida y ante cada avance del proyecto de destrucción de las instituciones republicanas, nos preguntábamos si habíamos tocado fondo.
Manuel Narváez / narvaezchacon@gmail.com

18 Dic, 2014 | El panorama económico del país se ve muy complicado para el año próximo. Al tomar plena consciencia de las estrecheces que nos deparará la caída del precio del petróleo, siento la angustia del pasajero que se prepara para un aterrizaje de emergencia. Pero hay una diferencia notable: nuestro piloto, lejos de aplicar los procedimientos que los manuales prescriben ante tales circunstancias, luce errático y desbordado por los acontecimientos. Las probabilidades de que el contacto con tierra se produzca con daños mínimos, se desvanecen ante la colosal ineptitud de la cabina de mando.

En los últimos años, ante cada incremento en el deterioro de nuestra calidad de vida y ante cada avance del proyecto de destrucción de las instituciones republicanas, nos preguntábamos si habíamos tocado fondo. La respuesta nos la daba un nuevo deslizamiento de la estrechez económica, o una nueva salvajada en contra de la democracia.

Ahora sí tocamos roca sólida y no hay más allá. El delirio revolucionario se disipó en el viento. Ya no hace soñar, al contrario, quienes honestamente apostaron en él sus ilusiones, hoy se horrorizan ante el nivel de destrucción material y descomposición espiritual que ha provocado. Solo algunos pocos cegados por el dogmatismo, o corrompidos por el abuso desenfrenado del poder, siguen aferrados a un proyecto agotado, muerto.

Comienza una etapa de reconstrucción de la economía del país, y del tejido social y afectivo de la nación. Para que sea exitosa, la disposición al diálogo es fundamental. Un diálogo empático que tienda puentes para cruzar las fronteras entre diversas convicciones. Un diálogo que tenga como regla de oro escuchar con respeto y sincero interés por entender. En palabras del rabino Jonathan Sacks: "Aprender a escuchar y estar preparados para ser sorprendidos por la inteligencia del otro. Permitir que nuestro mundo sea expandido por la presencia de otros que piensan, actúan e interpretan la realidad de maneras radicalmente distintas a las nuestras".




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