28 Nov, 2014 | Si al ritmo de la escasez, del acaparamiento, de las colas y las mentadas de madre contra el gobierno, se moviese la oposición para ganar terreno en lo político, el camarada Nicolás Maduro le pusiese un poco más de veracidad a su Presidencia.

Lamentablemente para mala leche de la militancia de base del escualidismo, sus dirigentes están demasiado entretenidos en cuidar sus cuotas del poder dentro de “la dictadura”. La mala leche del chavismo militante es que nuestro Camarada Presidente se entretiene viendo la maravilla de país que le muestra VTV a diario, mientras esa militancia deambula de cola en cola.

Seríamos injustos no reconocer el esfuerzo de miles de servidores públicos que a diario trabajan en un intento de cumplir con el legado del Comandante Chávez. Son hormiguitas que se mueven en los sectores populares, llevando un poco de aliento para que la idea de una patria nueva no se quede en el camino. Ese trabajito de hormiguita, junto al naciente poder popular, es lo que sostiene lo que va quedando del proceso bolivariano. Sólo que estos servidores públicos no ocupan el espacio invadido por los funcionarios públicos, los del chapeo para imponerse en una cola, los de las camionetotas y la ropa fina, que sobran por doquier en este chavismo. Una destructiva especie que día a día crece, se fortalece, se riega por los rincones, desde que asumió que las amenazas del camarada Maduro no pasan del mero anuncio ante las cámaras de televisión. Funcionarios que tienen a cargo la producción de café, azúcar, celulares y otros productos que no están en el mercado; sin que nadie nos explique por qué razón, puesto que no nos cabe en la cabeza que en la guerra económica contra el Estado esté participando el mismo Estado.

Vaya que hay gran diferencia entre el servidor público que está metido en un barrio hasta la media noche, reunido con el poder popular, y que sigue viviendo en un sector humilde, y el funcionario público que tiene a su cargo el manejo de los dólares, trabaja en una cómoda oficina, vive en una lujosa urbanización y tiene tres automóviles último modelo frente a la casa. Para mala leche de la militancia chavista y del proceso, nunca en VTV se denunciará esta situación.

Mientras esto pasa, la dirigencia de la oposición parece dormir. Están confiando en lo que viene sucediendo en los últimos procesos electorales: hay chavistas que se arrechan y dejan de votar. Los escuálidos también se arrechan, pero no dejan de votar contra el chavismo. La militancia oposicionista dejó de salir a la calle a marchar (por las guarimbas pagan, por las marchas no), se burla de sus dirigentes, no le creen a los jefes de la MUD, pero van a votar porque el chavismo les parece chimbo para el gobierno.

Tan de espaldas andan a sus dirigentes, que la esposa de Leopoldo López sale de gira por el mundo en busca de su apoyo para el marido preso. Su rol de esposa y madre desconsolada le sirve fuera de Venezuela, le sirve de base a la derecha internacional para atacar al gobierno venezolano. Acá sus compañeras y compañeros de causa la han dejado sola.

¿Y el pueblo?