21 Nov, 2014 | Tal vez usted haya oído o leído el término “invisibilización”, puesto de moda por el Presidente para referirse a lo que él ha catalogado como “poca cobertura mediática” a su gestión. El término invisibilización está relacionado con procesos “que afectan particularmente a grupos sociales sujetos a relaciones de dominación (tales) como las mujeres, las minorías, las personas que no tienen la piel clara…”. En esta oportunidad no hablaré del correcto o incorrecto uso del vocablo; simplemente seguiré “la moda”, y lo tomaré para referirme a la degradante situación socio-laboral que desde hace tiempo vive un importante “grupo social” como lo es el Magisterio neoespartano, especialmente el adscrito a la Dirección Sectorial de Educación; sin que esto signifique que los colegas nacionales hayan recibido un trato mejor o especial por parte del Ministerio de Educación.

Indudablemente los docentes estadales neoespartanos han pasado por un largo proceso de “invisibilización socio-laboral” en los últimos tiempos, incluyendo, por supuesto, TODOS los gobiernos de Morel Rodríguez y los casi dos años de Carlos Mata Figueroa. ¡Y no es que no nos vean, porque bastante bulla hacemos! El asunto es que “invirtiendo” en mejores salarios para los maestros, reconociéndoles y pagándoles las millonarias deudas, y cancelándoles sus prestaciones sociales, se “invisibilizan” los intereses o porcentajes que sí se ven “claritos” en otras inversiones. Verbigratia, las grandes contrataciones de obras, donde sí se “visibilizan las ganancias”. Probablemente si los maestros ofreciéramos un porcentaje de lo que nos deben, otro gallo cantaría.

Pero tal invisibilización la vivimos solo los maestros; y si el anterior gobernador, que era del gremio (Maestro normalista de la Miguel Suniaga), no nos paraba, ¿qué podemos esperar del actual? Aunque reconozco que en un momento éste se visibilizó de tal manera para el Magisterio, que en mayo de 2013 nos atendió dos veces en una semana. Ahora tenemos casi un mes que le solicitamos una audiencia, ¡y nada! El otro no era tan visible para nosotros, también lo vimos dos veces… ¡pero en ocho años! La diferencia es que la invisibilización actual viene acompañada de una cruel discriminación, vivida constantemente por los colegas jubilados y pensionados, quienes han sido los más invisibilizados por el Gobernador y por los “asesores” administrativos de la Dirección de Educación. Pregunto, ¿será que el Gobernador y quienes “gerencian” la educación en el estado solo conocen de la existencia de los docentes nacionales, e ignoran la existencia de los estadales? ¿Será que esos funcionarios no pasaron por una escuela, y no recuerdan a sus maestros? ¿Será que nosotros no somos neoespartanos? ¿Que nuestro trabajo no vale? ¿Que nosotros y nuestros hijos no comemos, no nos vestimos, no nos enfermamos? ¿Quién nos regala la comida, la ropa y las medicinas? Recuerden que quizás estemos invisibilizados, pero no imbecilizados. Esperaremos pacientemente el momento para cobrar tanto irrespeto.