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La casa de Peña Nieto
Resulta inadmisible la actitud asumida por el Presidente mejicano al ignorar un hecho tan terrible como el ocurrido a los normalistas.
José Gregorio González Márquez caminosaltair@hotmail.com

20 Nov, 2014 | El escándalo – cortina de humo – que conmueve a la sociedad mejicana intentan venderlo como una radionovela por entregas. Podría considerarse grave, gravísimo el origen del dinero que se uso para comprar “la Casa Blanca” como la llaman los cuates, si detrás de ese cuento no se ocultara solapadamente la desaparición de los cuarenta y tres normalistas en territorio de Iguala. Pareciera que poco o nada importa la vida de los desaparecidos, su suerte, su destino.

Resulta inadmisible la actitud asumida por el Presidente mejicano al ignorar un hecho tan terrible como el ocurrido a los normalistas. Por solidaridad con los familiares, debió suspender su viaje a China y Australia o a donde tuviera planeado ir. Se supone que es el mandatario y representa a todos sus connacionales y por lo tanto, está obligado a velar por su seguridad e intereses.

No es azaroso el empleo de la tortura, el asesinato y la desaparición en México. Con un Estado infiltrado por el narcotráfico, el crimen organizado y el hampa, el ciudadano común no puede esperar la protección del gobierno. Quienes se oponen o se atreven a criticar la situación del país seguramente son víctimas de las balas asesinas, muchas de ellas provenientes de las armas oficiales.

Es abominable y despreciable lo que sucede en México. Mientras se desaparece o asesina a personas, el Estado hace poco por enjuiciar a los responsables y resolver el problema. El terrorismo se aplica desde los centros de poder; el gobierno en sus diversos niveles participa como autor o su complicidad protege a quienes asaltan al pueblo.

Llama la atención que tantas organizaciones no Gubernamentales (ONG), artistas y gobiernos que viven de inmiscuyéndose en los asuntos internos de países progresistas como Venezuela, guardan un silencio cómplice ante la tragedia de los combatientes normalistas. Por ahora, la casa de Peña Nieto pretende crear un socavón para tragarse la historia desgraciada de los desprotegidos. Sin embargo, la lucha por conocer la verdad continuará. No vencerán la dignidad del pueblo mejicano.




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