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19 de marzo de 2024





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¡Escapen!
Sólo el carácter y la terquedad de la muchacha convencieron a su pareja que era mejor atenderse allí, pese a que el joven insistía que eso que tenía apariencia de ser un centro asistencial, era pura mentira del gobierno.
Pedro Salima/ psalima36@gmail.com

31 Oct, 2014 | La familia Moreno Salazar, acomodada, beneficiada por aquella medida del Estado venezolano contra las llamadas cuotas balón; medida que puso fin a la larga pesadilla de pagar y pagar mensualidades de una casa sin terminar de cancelar la misma.

Para aquella época la familia en pleno celebró salir de ese atolladero, pero sin agradecer al Estado, pues según ellos "éste sólo cumplió con el papel que le corresponde". Igual entusiasmo mostraron en otra celebración: un primo cercano, al momento de contraer matrimonio con una muchacha de San Juan, recibió una casa de la Gran Misión Vivienda, pese a que la pareja Moreno Salazar les había conminado a no perder tiempo "metiendo papeles porque las casas que da este gobierno sólo son maquetas". Tal fue el entusiasmo por la casita nueva que la joven sanjuanera quedó embarazada en el festejo.

La muchacha les resultó orgullosa por lo que no aceptó ayuda financiera para atender su embarazo. La cuestión se le puso un poco mal a la joven pareja cuando buscaron el presupuesto en una clínica privada a fin de ser atendida en el parto. Pero ella siguió en su postura: nada de pedir apoyo económico a la pareja Moreno Salazar. El parto se presentó en día y hora no previstos, por los que le tocó salir a medianoche en solicitud de auxilio médico. En la vía hacia la clínica, bastante alejada de San Juan, se encontraron con la Clínica Popular El Espinal, de servicio médico gratuito. Sólo el carácter y la terquedad de la muchacha convencieron a su pareja que era mejor atenderse allí, pese a que el joven insistía que eso que tenía apariencia de ser un centro asistencial, era pura mentira del gobierno, "es propaganda roja". La muchacha parió en la Clínica Popular El Espinal y se ahorraron unos cuantos centavos.

La pareja Moreno Salazar, desde entonces, sospecha que el niño nacido es un espía cubano. Por razones de espacio debo hacer más corta la historia. Voy al meollo. La familia Moreno Salazar decidió que en Venezuela se vive en dictadura y que la oportunidad de una nueva vida se la brindaba España, en especial la España de Rajoy, con Rey y todo. Apenas llegaron a Madrid se encontraron con otra pareja de venezolanos en una tienda. Se identificaron por el habla y por el rechazo de ambas parejas al gobierno venezolano.

El hombre de la otra pareja acababa de perder los dos empleos que tenía; pues, para sobrevivir requería de dos sueldos. La mujer había perdido su empleo antes, apenas Rajoy tomó sus primeras medidas económicas. En voz baja le comentan a los Moreno Salazar que en los últimos tres meses habían sido agredidos cuatro veces por grupos pronazis, que les rechazan por su origen latinoamericano.

Igual le comentan la desgracia de dos familias españolas, cercanas a ellos, con un suicidado en cada una como resultado de perder sus casas y quedarse en la calle, tras la acción de los bancos con apoyo del Estado. Dándole más a la lengua, dicen -alarmados- que en el vecindario donde viven es una hazaña encontrar un joven que no consuma drogas.

Los Moreno Salazar intentan cortar la conversación. Un hombre adulto, español, que ha estado escuchando la conversación, se les acerca y les conmina: "¡Escapen!" "¡Escapen de aquí!". Comparado con esto, Venezuela es un paraíso.




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