Porlamar
28 de marzo de 2024





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¿Quien manda aquí?
Ahora la cosa es distinta. Nicolás no transmite sensación alguna de ser un hombre de decisiones. No se le nota don de mando. Se muestra escaso de luces.
Luis Eduardo Rodríguez

30 Oct, 2014 | En medio de esa cosa amorfa llamada socialismo del siglo XXI del "gigante eterno", el país sufrió sistemáticamente un periodo corroído por el cáncer de la destrucción en todos los órdenes de la vida nacional, conduciéndonos al actual caos y ruina que hoy vivimos y padecemos todos los venezolanos independientemente de su posición social o preferencia ideológica. Un legado de ruina institucional, económica y moral.

Sin embargo, en ese oscuro, tenebroso y desperdiciado espacio de tiempo al menos se conocía al responsable único y directo de tal desgracia y calamidad: El Tte. Cnel. Chávez. No había otra voz. No existía otra opinión. Nunca escuchó ninguna sugerencia que no fueran sus alucinadas y delirantes visiones que, como una falsa deidad, asumía que era infalible y no pecaba de omisión alguna. Hasta ahí el cuento es harto conocido. Un fracaso, un responsable.

Ahora la cosa es distinta. Nicolás no transmite sensación alguna de ser un hombre de decisiones. No se le nota don de mando. Se muestra escaso de luces. Adolece de experiencia en Gerencia Pública y desconoce totalmente todos aquellos temas propios de un jefe de Estado medianamente aceptable.

Es por esas razones que vemos a un país sin brújula y conducido una caótica situación que difícilmente se pueda soportar por mucho más tiempo. Vemos a un triunvirato en donde no se sabe quién dirige a quién y compitiendo entre ellos para ver quién dice -y hace- las más absurdas insensateces en funciones de gobierno. Nicolás (sector civil) habla incoherentemente y asume -violando el COPP- funciones de Ministerio Público ante una fiscal muda y complaciente. Diosdado (sector militar) a cada momento busca opacarlo y desgastarlo interesadamente. Ramírez (grupo economicista) declara sobre economía y el Ministro de Finanzas parece que no existiera; lo ratifican como representante ante la OPEP -lo cual conoce bien, sin duda- pero no es su función como canciller. Subalternos como Jaua, El Aissami y Arreaza (sector radical cubiche) jugando peligrosamente a tierra arrasada. Puras contradicciones y desvaríos. Una Torre de Babel en donde reina la confusión, la anarquía y la falta de orientación. Cada uno por su lado y el país a la deriva.

El fenómeno también está presente en funcionarios menores. En Margarita, por ejemplo, el presidente del Consejo Legislativo dirige el tema del suministro de alimentos, algo que no le compete y además lo hace muy mal. La alcaldesa de Díaz -antes copeyana furibunda- como miembro del Consejo Federal de Gobierno gestiona y obtiene recursos sin articulación armónica con el Plan Estratégico de la Gobernación -si es que existe alguno- . Los burócratas de PUS, de cualquier nivel, reclaman sus 15 minutos de fama destructiva colaborando así al desastre generalizado. ¿Quién manda aquí?

Otro sí. Por coacción de las bandas armadas de colectivos fueron destituidos, nada más y nada menos, que el Ministro de Interior y la directiva del Cicpc y hasta piden la salida de Cabello de la AN. Las FAN grotescamente humilladas, la institucionalidad otra vez agredida y una bofetada a la ciudadanía.




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