Comerciantes informales venden medicamentos que no se consiguen en las farmacias. / Foto: VANESSA RANGEL

25 Oct, 2014 | Los productos regulados escasos en supermercados y abastos se consiguen regularmente en locales adyacentes al terminal de pasajeros de Porlamar, municipio Mariño.

El equipo reporteril del Sol de Margarita hizo un recorrido por el establecimiento porlamarense este viernes y observó que varios tenían sus santamarías abajo.

Una de las vendedoras en este lugar, quien no quiso identificarse por temor a represalias, informó que luego de un operativo conjunto hace un par de semanas entre la Guardia Nacional y la Superintendencia de Precios Justos (Sundde), muchos comerciantes se vieron en la necesidad de cerrar sus negocios, por lo que ahora –si se consigue algo- es "caleta".

El presidente Nicolás Maduro aprobó este jueves 23 de octubre, vía Habilitante, una reforma parcial a la Ley de Precios Justos, que establece entre 10 y 14 años de cárcel a quienes incurran en el delito de contrabando de alimentos y rubros de primera necesidad.

Elizabeth Farías, quien tiene un puesto de venta de alimentos, piensa que esta nueva medida no le debe afectar ya que posee certificado como bodeguera. "Yo no soy buhonera, yo estoy registrada como bodeguera en Makro y aplico un 30% de ganancia a los productos que compro allí", argumentó.

El kilo de arroz que adquiere a Bs 22,50, lo vende en 30 bolívares, y el aceite que compra en Bs 30, apenas le sube seis bolívares.

Francisco López, presidente de la Asociación Civil Centro Comunitario Santiago Mariño, justificó la acción de los revendedores, pues muchos tuvieron que acudir a esta metodología para poder sobrevivir, porque en el local no se le ve "el queso a la tostada".

El titular del gremio que agrupa a 438 comerciantes informales de la zona dijo que hace tres años, aproximadamente 270 buhoneros aceptaron reubicarse porque les prometieron que tendrían un lugar digno para ofrecer un mejor servicio y además contarían con la patente de su negocio, cosa que no se ha cumplido. "Inspecciona el Seniat o el Sundde y nos piden la patente y no la tenemos", destacó López.

El comerciante solicitó una reunión con las autoridades regionales como Guardia Nacional o Guardia del Pueblo, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Gobernación y alcalde de Mariño, para que en conjunto puedan buscar soluciones y mejorar las condiciones del recinto para atraer a la clientela.

Diciembre desalentador

Para diciembre, el panorama es desalentador en los locales adjuntos al terminal de pasajeros de Porlamar. Gregory González, quien tiene una zapatería, señaló que no cuentan con inventario para cubrir la demanda en esta venidera temporada. "Venderemos lo que tenemos y después no sé, porque todo está muy caro", expresó.