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La acusación
Reportó esta vez que los autores intelectuales contrataron, por mucho dinero, que se supone millones de dólares, a quienes les dieran muerte al diputado y su asistente. Entre sus asesinos nada menos que el propio jefe de la escolta del parlamentario.
Ángel Ciro Guerrero / angelcirog@hotmail,com

24 Oct, 2014 | El presidente Maduro ratificó que fue la derecha radical venezolana, en alianza con el paramilitarismo colombiano, quien planificó el atroz asesinato del joven dirigente Robert Serra y de María Herrera. Ya lo había anunciado cuando, sin que los cuerpos policiales hubiesen iniciado las investigaciones de rigor, el presidente lanzara al mundo su gravísima acusación. Reportó esta vez que los autores intelectuales contrataron, por mucho dinero, que se supone millones de dólares, a quienes les dieran muerte al diputado y su asistente. Entre sus asesinos nada menos que el propio jefe de la escolta del parlamentario.

Quizás llevado por el impacto que le ocasionó el horrible suceso, en esa primera oportunidad el mandatario no escatimó calificativos en contra de los que acusó de haber planificado, financiado y cometido el espantoso homicidio. En la segunda, su conferencia de prensa del pasado miércoles, fue amplio también en mostrar pruebas que sustentan su seguridad en cómo y por qué se generó el crimen. Dejó abiertamente claro que en el grupo había paramilitares colombianos, desde hace años "pasivos" en Venezuela. Estrechamente ligados al expresidente Álvaro Uribe y a la derecha venezolana. Que "se activaron" precisamente para acabar con la vida del líder juvenil rojo. El móvil fue desatar la violencia en nuestro país, vía terrorismo.

Dijo que pedirá a Obama reactivar su ayuda a favor de lograr se investigue, detenga y extradite a los venezolanos, terroristas y conspiradores, residente en los EUA. Anunció que el MP solicitará código rojo a la Interpol, a fin de detener donde sea a los restantes miembros de la banda criminal. Exhortó a la oposición democrática a desmarcarse definitivamente de la derecha radical y violenta y negó que en el país exista "un sentimiento anti colombiano".

Fue la palabra presidencial quien oficializó lo ocurrido. Dejando en el aire la promesa de que su ministro del Interior y de Justicia suministre los restantes detalles, desde luego que por cuestiones de ley, la opinión pública no tendrá a la mano la versión completa que a la policía le declararan los autores de la masacre.




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