23 Oct, 2014 | Cuando le hacemos seguimiento a las informaciones de sucesos, observamos con preocupación que están sucediendo cosas en los cuerpos policiales que deben prender nuestras alarmas: policías asesinados en cifras que dejan sin vista al más pintado, policías implicados en hechos de asesinatos, robo a sedes policiales de armamentos, es algo verdaderamente loco y sin sentido, pero está pasando y es bastante grave.

Tres hombres fuertemente armados ingresaron la madrugada a la sede del comando de Tránsito de la Policía Nacional Bolivariana, ubicado en el sector de Trapichito de Guarenas, y robaron 42 pistolas tipo Beretta calibre 9 mm, del parque de armas de esa institución. Como resultado de las investigaciones, está detenido un funcionario policial por supuestamente estar relacionado con el robo.

Esto deja en evidencia la fragilidad de la custodia y seguridad en una sede policial y del lugar donde están en "resguardo" el armamento de un cuerpo policial, y también del nivel de corrupción. Pero este no es un hecho aislado, hay informaciones de aproximadamente 138 armas de fuego robadas en cinco parques de armas en lo que va de 2014.

Y cuando vemos estos casos, inmediatamente nos viene a la mente: policías municipales que tienen su sede en la misma sede donde está la alcaldía, los separa una pared... algo que debe corregirse ya que se pone en riesgo al personal administrativo y trabajadores en general que no tienen nada que ver con un cuerpo policial, ¿ejemplo? La Policía Municipal de Mariño, en la isla de Margarita, son errores en materia de seguridad que puede tener consecuencias lamentables, en ese cuerpo policial se han presentado motines, fuga de detenidos...

Con los agentes de seguridad, la situación es grave; se reportan aproximadamente a 100 el número de funcionarios caídos durante el año 2014 en manos de la delincuencia. Y son funcionarios policiales, entrenados y con armas, en teoría, con un cuerpo policial que debe evitar que estos asesinatos sucedan y en todo caso, que no queden impunes esos asesinatos. Los delincuentes pasaron la raya amarilla con los cuerpos policiales.