20 Oct, 2014 | Un libro del poeta Francisco Lárez Granado está abierto sobre el escritorio del analista nacional e internacional Arquímedes Salazar, y más allá está la novela de Ángel Félix –Felito- Gómez, La firma de Dios. "Hay que sacar los libros de las bibliotecas y levantarlos del piso, de donde estén, para leerlos, para discutirlos, para llenarnos de ellos y reconocer en sus autores a los amigos que nos dejaron sus pensamientos, sus enseñanzas", así me cuenta Salazar. Pero yo voy a buscarlo en otro campo, en el político, y le pregunto: "¿Fue un triunfo para Venezuela la entrada en el Consejo de Seguridad de la ONU?".

-Claro. Toda la jauría mediática y económica estaba en contra, aquí, en Venezuela, bastaba leer todos los días El Nacional para encontrarnos con sus editoriales y artículos en contra de que Venezuela lograra entrar en el Consejo de Seguridad, y en Estados Unidos estaban también los medios y toda esa gente que lucha por desaparecer el gobierno de Maduro y volver a adueñarse de sus recursos, y lo más lastimoso es que entre esa gente hay muchos venezolanos, sobre todo esos que forman parte de la sociedad de cómplices, escribiendo y opinando, defendiendo los restos de la cuarta república. Estuvo muy bien eso que dijo el presidente Maduro, ese triunfo es una especie de Triple Corona, porque Venezuela forma parte de la Comisión de Derechos Humanos, del Consejo de Seguridad y el año que viene será presidente de los Países No Alineados, y la FAO le envió una felicitación por el trabajo que está haciendo en cuanto a la soberanía alimentaria; se necesita ser ciego para no ver que ahora, por fin, somos un país que piensa con cabeza propia. Y no hay que olvidar el discurso de Maduro en la ONU, ahí también hubo una propuesta y un pensamiento que sigue vigente, que es el pensamiento de Chávez, y eso le duele mucho a la oposición, que se pone luto activo, cada vez que Venezuela obtiene un triunfo.

Ellos han inventado ese lenguaje: luto activo, paro activo, violencia pacífica. En eso son muy buenos, lo malo es que después todo eso le toca vivirlo a ellos mismos. Están de luto activo por el triunfo de Venezuela. Y hay que decirlo, en la marcha de los jóvenes en homenaje a Robert Serra, los jóvenes demostraron que el amor puede más que todo el odio de la oposición.