19 Oct, 2014 | En 1936 el general falangista Millán Astray irrumpió, pistola en mano, en la Universidad de Santiago de Compostela (500 años de fundada), sorprendiendo a su rector benemérito para la época, el inmortal Miguel de Unamuno, al grito de ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!

Conducta que pone de manifiesto, una vez más, el desprecio que los regímenes autoritarios y fascistoides siempre han sentido por la excelencia y los meritos y particularmente por quienes cultivan la razón que convence por encima de la fuerza que impone. Nada nuevo bajo el sol.

La anterior referencia viene a colación al ver como esta caricatura de gobierno –más militar que cívico, por cierto- se manifiesta reiteradamente en contra de la formación intelectual y la meritocracia de miles de jóvenes profesionales. Nada diferente a lo vivido por Unamuno y que con sus distingos de forma, tiempo y circunstancias políticas, no difiere del fondo del asunto y nos retrotrae 80 años a la frase del gorila español.

Nos explicamos. Cada día son más y mejor preparados los profesionales universitarios y de mano de obra calificada que abandonan el país buscando horizontes con más futuro profesional y mejor calidad de vida. Emigran porque ven un país destruido y dirigido por una banda de incompetentes e ignorantes autoritarios. Se marchan por razones de carácter económico al no vislumbrar un plan de vida viable, por la inseguridad jurídica traducida en indefensión ante el Estado, la violencia descontrolada e impune y la cada día mayor negación de libertades públicas como la persecución por disentir.

Las estadísticas son escalofriantes. Según un estudio de la Comunidad Venezolana en el Exterior, casi un 4% de los venezolanos se encuentra fuera del país y de ellos, el 88% emigró en los últimos 15 años. Ya para 2011 una encuesta en la UCV (estudiantes entre 19 y 29 años) arrojó que el 68% de los cursantes de Medicina y Computación evaluaban irse del país. Lo más grave y preocupante es que el 80% de ellos tiene grado universitario, 40% con maestrías y 12% con doctorados.

Por otra parte, a las Universidades Autónomas solo les otorgarán el 50% del presupuesto solicitado para 2015 y hasta los comedores estudiantiles tendrán que cerrar. Mientras, hay 80 millones de dólares anuales para Pastor Maldonado.

Que lo sepan. Nunca podrán vencer las letras, las artes y las ciencias. Jamás pondrán de rodillas el conocimiento, la excelencia y los méritos y siempre será preferible un aula de clases a una barraca de cuartel y leer un libro que empuñar un fusil.