1 Oct, 2014 | En los tiempos que estamos viviendo, vemos con mucha tristeza y escuchamos el lamento de un ser como son las madres, abuelas que lo han dado todo por sus hijos, nietos y familiares y hoy reflejan en sus rostros tristeza y decepción por haber sido abandonadas, maltratadas, vejadas e irrespetadas por personas sin sentimientos e inhumanos.

Estamos viendo mucha agresividad por parte de algunas personas y jóvenes que han perdido esos principios morales del buen comportamiento y el amor al prójimo. Estamos conscientes que los tiempos han cambiado; pero los principios y la educación que nos enseñaron en el hogar son para siempre.

No contamos con una Ley que proteja y castigue el abuso desmedido hacia los seres que no se pueden enfrentar a estos agresores por razones de edad y de salud, más cuando tienen que hacer largas colas para comprar sus medicinas.

Son pocas las instituciones que respetan el espacio que le corresponde por derecho natural a las personas de la tercera edad y si la hay no lo ponen en práctica. Estos seres dieron su juventud, sus alegrías y su experiencia para enseñarnos a vivir con respeto y humanidad.

Dale una mano con cariño a quienes le debemos nuestras vidas.