30 Sep, 2014 | La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) entra en una nueva fase de su política. 25 partidos y organizaciones partidistas han firmado un acuerdo para enfrentar unidos las elecciones parlamentarias del año próximo. Se ha escogido por unanimidad a un nuevo secretario ejecutivo para sustituir a Ramón Guillermo Aveledo, un dirigente ilustrado, capaz, tolerante y corajudo. La designación recayó en Jesús "Chúo" Torrealba, un periodista ligado a la actividad comunal y gremial que dirigió el programa televisivo "Radar de los Barrios". Esperamos que su gestión sea coronada por el mayor de los éxitos y que se diseñe y ejecute una línea de acción coherente en todos los sectores del país. La gente pide unidad y los sectores democráticos estamos llamados a ofrecer nuestros esfuerzos y voluntades para lograrla pasando por encima de cualquier interés partidista o individual. Es el futuro democrático de la patria lo que está en juego y eso no es cuento.

A nivel regional los secretarios ejecutivos deben sustituidos o ratificados en sus cargos y en esta nueva etapa serán acompañados por los electos en dos nuevas responsabilidades creadas: las Coordinaciones de Logística y de Medios de Comunicación.

Una primera reflexión enseña que se ha perdido buena parte del año. Una política definida ha debido comenzar a desarrollarse a principios de año. No fue así. Los acontecimientos de los meses de febrero, marzo y abril impidieron la conformación de una opinión y actuación común frente a estos hechos. Hubo confrontaciones públicas en relación con la política a seguir y con el diseño de una estrategia común lo que trajo como consecuencia que algunos pensaran en la desaparición de este instrumento político de lucha que ha dado excelentes resultados. Afortunadamente, creemos nosotros, prevaleció la sensatez y la madurez política para superar los problemas suscitados, aún no resueltos en su totalidad.

Una segunda reflexión indica que fuera de la Mesa de la Unidad Democrática parece no haber posibilidades reales de enfrentar cabalmente a este gobierno autocrático y militarista. Por muy buenas que pinten las intenciones lo útil y conveniente es practicar las mejores operaciones matemáticas que son sumar y multiplicar. La resta y la división son malas para la política. Los partidos deben desarrollar sus políticas de crecimiento, eso es lógico y natural. Cada organización debe crecer y fortalecerse sin prestarse como punta de lanza ni espadachín para discusiones estériles y subalternas sobre liderazgos que tienen la vía democrática de resolverse por elecciones primarias. Para cumplir tal objetivo debe firmarse un pacto de no agresión y lealtad entre los diversos partidos que integran el movimiento democrático y unitario. Lo contrario es hacer un flaco servicio a la causa de la recuperación democrática del país. Ningún dirigente que se respete debe colocarse en tan bochornosa disyuntiva de sabotear la unidad democrática.

Una tercera y última reflexión establece la necesidad de ir a la calle al encuentro de las inquietudes de los venezolanos. En los sectores populares y urbanizaciones de la golpeada clase media, en la industria y el comercio que hoy padecen una de las peores crisis de su historia, en los centros de salud, en las universidades, liceos y escuelas, en las plazas y mercados, abastos y supermercados y en todo lugar donde haya gente para explicar la política de unidad y de cambio político. Un cambio constitucional, democrático, electoral y pacifico, como lo quiere la inmensa mayoría de los venezolanos. Ese es el compromiso que debemos asumir todos, cada uno tiene su puesto de lucha en la casa, en el barrio, en el trabajo, en el estudio, en fin, en la calle.

Desde esta humilde columna saludamos con emoción y esperanza este nuevo camino de la unidad democrática. La Unidad es la verdadera y única vía para lograr la recuperación del país, la reconciliación y la paz. Tengo esa convicción, así lo creo y así lo afirmo.