Miguel Palenque presta consulta como neumonólogo, sin embargo, siempre se ha sentido atraído por las líneas de investigación en la especialidad. La ciencia y la cultura lo atraen. / Foto: ARCHIVO

21 Sep, 2014 | El tener hijos es, sin dudas, una bendición de Dios, pero el haber tenido la experiencia de ser padre después de los 40 años, es una experiencia que el doctor Miguel Palenque califica simplemente de "extraordinaria". Esa linda hija margariteña bautizada como Lorena Verónica, es la estrellita de mar y de cielo que ilumina el hogar de los Palenque-Sierra desde hace doce años.

Para este reconocido médico neumonólogo, la calidad de vida en Margarita, a pesar de los altibajos propios de la dinámica social y económica, es incomparable a la de cualquier otra región del país. En ningún momento piensa en radicarse más allá de estas fronteras marineras. Las ofertas científicas, académicas y hasta docentes le llegan por montón, pero no da vuelta atrás a ese proyecto de vida que asocia con la insularidad. "Ni siquiera me imagino dejar atrás la Isla. Trabajos me han ofrecido, pero a esta región no la cambio".

-¿Más allá de las consultas de neumonólogo cómo transcurre su cotidianidad en Margarita?

-Muy tranquila. Desde 1993 comenzamos a construir nuestra casa en Agua de Vaca, municipio Maneiro. Solo mi hija es margariteña, pero en realidad todos en mi familia estamos "neoespartanizados".

Querencias cochenses

Palenque amplía su horizonte de querencias y no lo limita a Margarita, sino que lo extiende hacia la isla de Coche, por una razón especial: y es que su primer ancla estuvo en el municipio Villalba.

Al recapitular su historia recuerda que en 1987 pisó la isla de Coche, motivado por un programa de investigación científica que había trazado su colega Guillermo Iztúriz, desde el hospital El Algodonal, en Caracas, Se trataba de un proyecto de estudio en poblaciones aisladas o retiradas de Venezuela con alta incidencia de asma.

Entonces, las estadísticas en Coche eran alarmantes, con incidencia de la enfermedad en 20,4% de la población adulta. "Es decir, que uno de cada cinco personas adultas sufrían de asma. Con ese dato el doctor Istúriz se dirigió al Fondo para el Desarrollo del estado Nueva Esparta (Fondene), con la finalidad de gestionar financiamiento para una línea de investigación"

El presidente de este Fondo (el cual se nutría del 1% de las importaciones del Puerto Libre), era Luciano "Chanito" Marín. Hubo total receptividad y apoyo al programa, nació así la Clínica Experimental del Asma en Coche, y el doctor Istúriz convenció a Palenque para tal investigación. Lo que desconocía este neumonólogo nativo de Bolivia, era que esa estadía pautada para seis meses, se prolongaría durante 16 años.

Palenque describe todos esos años en la isla de Coche, con un período de intenso trabajo, sin tiempo "ni para respirar".

-Los ratos libres casi no existían, porque sino estaba en la línea de investigación, me encontraba atendiendo a los pacientes en la Clínica.

Aparte de ello, califica esta etapa de un gran enriquecimiento en lo personal al conocer la calidez del neoespartano, con quien se ha identificado plenamente.

Con el declive de Fondene, y el cierre de la Clínica del Asma en Coche, Miguel Palenque decidió radicarse en Margarita desde el 2002, donde aún reside.

Luce consciente que las condiciones actuales no están dadas para proseguir líneas de investigación, como la emprendida en época pasada. "No existen los recursos, ni la infraestructura", agrega sin extenderse a muchos comentarios.

¿Nostalgia por Bolivia?

Ama su país de origen, Bolivia; añora ese maíz boliviano y las arvejas frescas, pero no tiene proyectos de regresar a La Paz, ciudad donde nace el 24 de abril de 1958. Al contrario, cada vez siente más arraigo con la insularidad. En el hospital El Algodonal en Caracas, donde hizo su postgrado en Neumonología, conoció a Reina Sierra, su colega, una guariqueña y quien es su esposa. Con ella mantiene su hogar en la Isla.

En Margarita prosigue sus consultas como especialista en Neumonología, mientras que en sus ratos libres siembra en el huerto familiar, cuida del jardín y da esos incipientes pasos de agricultor. Escuchar buena música y sobre todo disfrutar de la lectura en materia científica e histórica acapara sus horas. Completa su felicidad en el rol de padre, porque sin dudas ser papá después de los 40, no tiene parangón...