19 Sep, 2014 | …Pero caracterizada por ser, en el ranking planetario, una de las naciones más inseguras o, peor aún, el primer país con mayor número de asesinatos en todo el mundo. Pasan de 250 mil las víctimas fatales del hampa, sin que en 16 años se le haya podido combatir eficazmente. Considerados votos, los delincuentes de la más baja ralea, en vez de exterminarse crecen regados por el agua de la impunidad.

Chévere, sí, pero sufriendo una inflación superior al 63%, también la primera en el continente y mundialmente la segunda. Una escasez de toda clase de productos; su desabastecimiento a niveles de desesperación y posible propiciador en cualquier momento de un sacudón de impredecibles consecuencias.

Chévere, sí, pero según lo afirmado por especialistas, verdad que no pueden esconder los rojos, porque es una realidad muy lacerante, "con un disparatado déficit fiscal que en lo que va de año representa nada menos que un 15% del PIB". Situación "ocasionada por la expansión de la masa monetaria y los controles de precio y de cambio vigentes desde 2013".

Chévere, sí, pero "con una escasez de divisas que genera una peligrosa reducción de compras en el exterior lo que complica la crisis porque los venezolanos para todo dependemos de las importaciones". Chévere, sí, pero sufriendo una "guerra económica" desarrollada precisamente por el gobierno interesado en que el pueblo crea que todos los males que padece son culpa de la oposición, y así disimular sus pretensiones de imponer un modelo comunista.

Chévere, sí, pero obligadamente inmerso el país en el más vergonzante populismo, el insoportable engaño, la farsa permanente, la irrefrenable corrupción y el creciente despilfarro en todos los niveles de un gobierno que, antes que solucionar complica. Que en vez de avanzar retrocede. Que no democratiza nada pero sí criminaliza lo que sea respuesta popular ante el desastre nacional, que él mismo provoca.

Chévere, sí, pero limitadas sus libertades y creciendo la hegemonía militar en todas sus formas. Y lo peor: un gobierno convencido de que en verdad es efectivo, positivo y chévere.