19 Sep, 2014 | Nos comentaba Doña Elodia la marcada influencia de las transnacionales mediáticas al servicio del imperio gringo sobre un sector poblacional nacido en el país pero con corazón y sentimiento pitiyankee. Especial dominación en el ámbito educativo, donde existe un grupúsculo que se babea, se les cae los pantalones y las faldas y alcanza el máximo clímax de satisfacción cuando ven al claro-oscuro de Obama o la bandera estadounidense.

Hacemos este introito, ante la puesta en moda del cacareado "bullying", fenómeno, que nos quieren vender como novedoso y producto de esta etapa socio-histórica. Y es que este hecho psico-social, no es otra cosa sino lo que conocemos en la cuarta y desde que el mundo es mundo como: Maltrato, vejación, humillación, discriminación, capoteo y todo aquello que, presuntamente, genere frustraciones o cualquier otra psicopatía conductual que marque la vida del niño, niña o joven. Desde que tenemos uso de razón y nos desenvolvemos en el mundo educativo, al gordo lo llamamos gordo o barriga e'M…; al flaco, flaco o firi-firi; al negro, negro, petróleo o leche negra; a quien usa lentes, cegato o cuatro ojos; a los inquietos, azogue o chivo loco; a las muchachas fea, honron; a los muchachos, doble feo; a los inteligentes, cráneo y a quienes tenían dificultad de aprendizaje, brutos, tapaos o burros; a los despiertos, avispaos y a los dormidos , ahuevoneaos o bobolongos y tantos otros epítetos que hoy no recordamos, pero, sin duda alguna, que ninguno de ellos causaron traumas o frustración a quienes vivimos y estudiamos en esa época y ello, a pesar de que la correa representaba lo que hoy es consulta o psicoterapia.

Estamos seguros que en nuestro sistema educativo no ha existido mayor "bullying" que el de las tradicionales 3 fila en los salones de clase: La de los buenos, la de los regulares y la de los malos; de igual manera, la distribución de las secciones, donde recordamos que la sección "A" era destinada para los hijos de papá y mamá y en el resto de las secciones el populacho. Ciertamente que no existía celulares o tablets, ni ropas de marcas, pero otros objetos eran utilizados por los más para humillar a los menos: relojes, calculadoras, ropas de contrabando, bicicletas, patines, guantes, bates, balones. Quienes usaban ropa de contrabando se burlaban de quienes vestían ropa de confección casera o remendada. Igual, quienes usaban uskeds y alpargatas negras de suela de cuero se reían de quienes calzaban sus zapatos bingo o alpargatas medio luto con suela de caucho. También existían artículos con diferencias notorias que servían de menosprecio social: cuadernos, lápices, colores y bultos entre otros objetos.

De tal manera que el renombrado "bullying" siempre ha existido. Afortunadamente en nuestra época no tuvo mayor relevancia por la formación en valores que teníamos de nuestros hogares, enseñanzas que nos fortalecían el alma y nos hacían inquebrantable nuestra personalidad. No así, actualmente donde el resquebrajamiento del núcleo familiar deja a nuestros niños, niñas y jóvenes huérfanos de esa fortaleza moral y los hacen presa fácil de cualquier penetración psico-socio-cultural. Por ahora está bueno, hasta el próximo zaperoco.