14 Sep, 2014 | "El Gremialismo es una corriente de pensamiento que sostiene que todo recto ordenamiento social debe basarse en que las sociedades intermedias entre el hombre y el Estado, libremente generadas y conducidas por sus integrantes, cumplan con la finalidad propia y específica de cada una de ellas".

Las personas son en esencia seres sociales que, desde la libertad que poseen, conforman diversas agrupaciones para obtener aquellos fines que conducen a su más plena realización personal posible. Es por esto que, entre la familia y el Estado, existen grupos llamados "Intermedios".

Éstos pueden ser de dos tipos. La primera especie corresponde a agrupaciones políticas, que serán las que unen a sus integrantes por afinidades doctrinarias o políticas, es decir, relativas a la conducción del Estado, pero que por no ser el Estado mismo deben ser consideradas como cuerpos intermedios (por ejemplo, un instituto que asume una doctrina, un partido político). El segundo tipo son las sociedades intermedias no políticas, que nacen de la vecindad, el trabajo común, afinidad vocacional o intelectual, entre muchos otros.

Así pues, de acuerdo a la definición de Gremialismo expresada, esta corriente se funda en la fidelidad que cada sociedad intermedia debe tener hacia su fin propio y específico. Es por esto que rechaza la politización de cualquier entidad vecinal, regional o gremial y toda organización humana no política en cuanto a su esencia y objetivo.

Hemos de hacer presente que el principio de autonomía social (según el cual toda sociedad intermedia tiene derecho a autogobernarse, esto es, a procurar libremente la obtención de su objetivo) es el marco y el límite de la autonomía, pues permite dirigirse hacia un fin específico, no a otro. En consecuencia, ninguna sociedad mayor puede absorber las atribuciones y acciones de una sociedad menor, puesto que cada una nació para obtener un fin mayor o menor, respectivamente. Esto es el principio de Subsidiariedad: cada sociedad con su campo de acción propio, no pudiendo infringir el de otra. Por excepción, a veces, el Estado asume actividades que pueden ser llevadas a cabo por particulares pero que no lo han hecho satisfactoriamente, solo de forma supletoria.

Sólo mediante el respeto de las autonomías sociales y el principio de subsidiariedad puede llegarse a una sociedad libre, creadora, donde las personas se desarrollen plenamente y pongan al servicio de las comunidades su vocación y talentos.

En consecuencia, los partidos políticos y sus doctrinas han de respetar los dos principios enunciados, permitiendo el desarrollo libre y autónomo de los cuerpos intermedios, abocados a sus propias finalidades. De lo contrario, sea por excesivo Estatismo o por Totalitarismo, se ve reprimida la concepción del hombre libre, digno y trascendente, dañándose a la sociedad toda.