Porlamar
20 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Rubaiyat
En “Rubaiyat” (“cuartetas”, en persa), de Omar Khayyam (1048-1131), mediante textos cortos, específicamente estrofas de cuatro versos, el autor nos comparte su profundo sentir sobre la vida.
Dalal El Laden ladendalal@hotmail.com Facebook: Vereda anónima

30 Ago, 2014 | Hay libros que no necesitan mucha presentación, ya que entrando directamente en su contenido -y sobre todo releyéndolo-, es cuando más nos damos cuenta de que nada más que leerlos y releerlos nos puede faltar, sin quitar, sin agregar nada más.

En “Rubaiyat” (“cuartetas”, en persa), de Omar Khayyam (1048-1131), mediante textos cortos, específicamente estrofas de cuatro versos, el autor nos comparte su profundo sentir sobre la vida.

Y como, ante tanto, no vale decir más, transcribiré parte de esta obra que le ha quedado al mundo literario y, a la vez, a quien incontables veces ha revivido gracias a él:
“Los sabios de mayor renombre caminaron en las tinieblas de la ignorancia; fueron, sin embargo, las lumbreras de su tiempo. ¿Su obra? Dijeron unas cuantas palabras confusas y se quedaron, después, profundamente dormidos”.

“¿Sabes lo que te puede acontecer mañana? Ten confianza, pues, de lo contrario, no dejará el infortunio de justificar tus temores. No te apegues a nada. No interrogues los libros ni a los hombres: el destino es inescrutable”.

“Me pregunto qué es, en verdad, lo que poseo, qué subsistirá de mí cuando haya muerto. La vida es breve como un suspiro. Llamas que el viajero olvida, cenizas que dispersa el viento: he ahí la vida del hombre”.

“De la felicidad no conocemos sino el nombre. Nuestro más viejo amigo es el vino nuevo. Acaricia con tus ojos y tus manos el único bien verdadero: el ánfora llena del juego de la vid”.

“No trates de encontrar amigos en la mundana feria que atraviesas; no busques más un asilo seguro. Soporta con entereza el dolor y no suspires por un remedio que no has de hallar. Sonríe en el infortunio y no esperes de nadie una sonrisa: perderías el tiempo”.
“¿Qué es preferible: sentarse en una taberna, y hacer después un examen de conciencia, o prosternarse en una mezquita, con el alma seca? No me interesa saber si existe un Todopoderoso o no, ni lo que pueda hacer conmigo, llegado el caso”.

“Gira la ruleta, indiferente al cálculo de los sabios. Renuncia al esfuerzo vano de contar las estrellas. Medita más bien en esta verdad: habrás de morir, no soñarás más, y los gusanos de la tumba, o los perros vagabundos se disputarán tus despojos”.

“En la vida son felices, únicamente, los que se creen sabios o quienes no se preocupan por la sabiduría. He sondeado todos los enigmas del universo, y torno a mis soledades envidiando a los ciegos que encuentro en el camino”.

“Para el sabio, la tristeza y la alegría son semejantes, lo mismo que el bien y el mal; para el sabio, todo lo que tuvo principio debe tener también fin. Considera, por tanto, si hay razón para que te alegres con la ventura que llega, o te entristezcas con la desgracia que no esperabas”.

“Sabios y retóricos abandonaron la existencia sin lograr ponerse de acuerdo sobre el ser y el no ser. ¡Hermanos míos en ignorancia: seguid gustando el zumo de la vid y dejad a esos hombres ilustres contentarse con pasas!”.

“La vida es un juego monótono en el que sólo puedes ganar dos cosas: el dolor y la muerte. ¡Dichoso aquél que expiró el mismo día de su nacimiento! ¡Y más dichoso aún el que no ha nacido!”.

Gracias, estimado señor Antonio Parra, por esta maravilla que hizo llegar a mis manos y que, sin duda, eternamente me acompañará.




Contenido relacionado












Locales | Sucesos | Afición Deportiva | Nacionales | Internacionales | Vida de Hoy | Gente Feliz | 50° Aniversario | Opinión


Nosotros | HISTORIA | MISIÓN, VISIÓN Y VALORES