30 Ago, 2014 | Para este fin de agosto de 2014,
en plena temporada, aquí en la isla de Margarita, y para todo
el mundo lector propongo algunos
títulos:

1/ Siguen siendo de imprescindible acercamiento para quien quiera adentrarse en el confuso mundo político venezolano, de octubre del 45, con el hundimiento demencial de uno de los diplomáticos venezolanos más capaces, Dr. Diógenes Escalante y el magnicidio del Cnel. Carlos Delgado Chalbaud, el 13 de noviembre de 1950, “El pasajero de Truman”, del margariteño, Francisco Suniaga, y “Sumario” del caraqueño Federico Vegas. Ambas escrituras dan brillo y originalidad a la narrativa histórica venezolana. Nos proporcionan claves para, sino resolver, al menos comprender, complejos enigmas.

2/ Casualmente, parte de los, digamos mecanismos de análisis, para la inteligencia de buena parte de nuestro proceso histórico, en tanto país gran productor petrolero, la lectura de las novelas citadas párrafo arriba, pueden tener soporte complementario con la historia del líder nacionalista persa: Mohammed Mossadegh, propulsor y realizador de la nacionalización de la industria petrolera de Irán, en la década de los 50’ del pasado siglo XX, y derrocado por los poderosos miembros anglosajones del cártel petrolero internacional. Mossadegh, político y abogado, perteneciente a la vieja aristocracia iraní, supo encarnar en un momento singular las luchas de todos los países productores de petróleo, en la defensa del estratégico aceite. “Patriot of Persia: Muhammad Mossadegh and a Tragic Anglo-American Coup”, obra del historiador Christopher De Bellaigue.(“Harper”). La semblanza biográfica lo perfila,- y asemeja con el gran venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo-, en estos rasgos elementales: Mossadegh no percibía sueldos como Primer Ministro de Irán, y rechazaba regales y donaciones de compañías nacionales y/o extranjeras. Lo derrocaron, como dije, y la extensa y documentada obra citada lo prueba, la “British Petroleum”, (“Anglo-Iranian Oil Company”), la Standard Oil de Rockefeller, el M6 londinense y la CIA.

3/ El diplomático del Imperio brasileño, José Ma. Lisboa (1809-1881) fue viajero y conoció mucho estas regiones, por haberlas visitado con curiosidad, no exenta de cierto activo humor. Debemos narraciones y comentarios sobre el oriente venezolano, particularmente Cumaná y Barcelona y de nuestra isla de Margarita, de las orillas del mar que la rodea y de su interior. Es lectura actual e igualmente por tanto, imprescindible. José Ma. Lisboa: “Relación de un viaje a Venezuela, Nueva Granada y Ecuador” (Biblioteca “Ayacucho”)

4/ Algunos europeos, muy pocos, supieron lo que iba a ocurrir con insania y el oprobio que se abatiría sobre Europa y el mundo con el advenimiento del régimen de Adolfo Hitler (1933-1945). Pocos alemanes lo previeron, Unos cuantos militares de rancia estirpe, científicos y escritores. Entre estos últimos, el más batallador, el más lúcido e intransigente ante los despotismos totalitarios de cualquier ralea: Ernst Jünger (1.895-1998). Su novela: “Sobre los acantilados de mármol” (“Destino Libro”) nos hace vacilar. Nos deja un hálito de nihilismo sobre el porvenir de las sociedades políticas en manos de aventureros, iluminados, locos egregios que toman el poder. Y no saben qué hacer con ello.
5/ Por último pronto tendrán una novela de un autor desconocido que irrumpe en ése áspero campo con una descripción (y la subsecuente investigación) de horrorosos crímenes y la puesta en escena de poderosos elementos económicos que corroen morbosamente los tejidos de la sociedad: “Las ruinas de “Creta” lleva por título y acaso esté en anaqueles de librerías para este diciembre.