22 Ago, 2014 | Pedro Cachamay llegó al grupo, saludó y tomó un periódico local que estaba en una mesa, lo hojeó y en una página se detuvo, leyó y luego paró los ojos, y luego comentó: “Este escritor descubrió el agua tibia, pero de paso, debería decirle eso a los que ha defendido de por vida, de quienes decía el escritor Jorge Olavarría que eran incapaces ni siquiera de citar un verso de un poeta venezolano”.

El grupo se miró entre sí y observando la extrañeza de Cachamay, se preguntó al unísono: ¿Qué pasa amigo? Y éste respondió: “Miren esta prenda de este escritor encopetado, quien de paso, por lo que he leído y me han dicho se cree uno de los intelectuales más sobresalientes no sólo de este siglo, sino del pasado. Pero bueno, cada loco con su tema, pero a lo que me refiero es a esta frase y entro en materia, pues oigan, y leo textualmente: “Las deficiencias en las políticas de impulso al emprendimiento, se deben a la escasa formación de los políticos, especialmente en historia de Venezuela”.

¿Han oído a ustedes? Pues bien, ese señor debería reunir a la oposición y explicarle eso, porque si él sabe un poquito de historia, no va a pretender decir que el comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías, desconocía la historia de este país, al contrario la conocía tanto que por su don de comunicación innato fue capaz en sus alocuciones de dar clases magistrales de historia, e incluso, por citar un ejemplo, mucha gente por él conoció exactamente que sucedió en la batalla de Santa Inés, sobre la cual casi nadie sabía y de paso dio a conocer el pasaje de Florentino y el Diablo, que muchos venezolanos no habían oído en su totalidad.

Sin embargo, en la actualidad los dirigentes o los que se hacen llamar dirigentes, de lo que queda de la oposición, que no hallan en qué palo ahorcarse, no aguantan el más mínimo examencito de historia, ni mucho menos si se le preguntan sobre las desapariciones de venezolanos que hicieron los gobiernos, de donde ellos vienen y que pretenden poner en práctica dicho horror, si en un supuesto negado llegaran algún día al poder.

En definitiva, compañeros y amigos, lo que le quiero decir con esto es que si a los lechuguinos y a los otros, se le pregunta: ¿de qué color es el caballo blanco de Bolívar? No es de dudar que respondan que es verde”, finalizó diciendo Cachamay.