20 Ago, 2014 | Por encargo mío y no de otro, estaré dedicado en adelante a descubrir, publicar y aplicar la solución a cualquier aprieto, calamidad o desgracia que confronte el gobierno y que me afecte directamente o por carambola. Me he puesto como única condición yo mismo, que el remedio no solo debe ser bueno, bonito y barato sino también definitivo. Después del autojuramento, asignación de recursos propios y por supuesto la toma de posesión por mi cuenta, empecé a trabajar desde mi casa, escogiendo yo mismo los casos, evaluando cada una de mis ocurrencias y haciéndome un seguimiento cerrado para corregir, sin ayuda de otro, cualquier desviación del objetivo impuesto.

Después de pocos días de autogestión puedo decir con orgullo que si me hacen caso, podremos darle en corto tiempo el palo cochinero a una maña que por vieja se ha convertido en mala costumbre: el bachaqueo, un azote que causa estrago en todos los estómagos, y amenaza con dejar sin uso las vías de entrada y en consecuencia las de salida.

Toda la información recopilada, los cálculos hechos y las situaciones proyectadas, fueron debidamente revisadas y validadas por mí, por lo que puedo atestiguar que el estudio no contiene posibilidad de error, equivocación o pifia malintencionada. Tampoco hay riesgo de que exista algún “gallo tapao”, carta bajo la manga o espera en la bajadita; porque no tiene ninguna lógica que yo mismo me esté metiendo coba. De maneras pues, que solo yo puedo dar fe de la franqueza y transparencia de este trabajo. Solo me resta agradecerme a mí mismo el tiempo que dediqué a la conclusión, la cual sin más que más puedo por fin compartir con terceros.

Apartando a los gandoleros y a mi compadre Orlando Núñez, está aceptado como suficiente que un adulto se meta una papa de dos kilos y reuna con eso fuerza suficiente para mantener un ritmo de vida adecuado que le permita hacer todo lo humano durante el día y le quede algo para lo divino durante la noche. Para una población que podemos redondear en 30 millones de venezolanos, el mercado requeriría tener cada día en la calle 60 millones de kilos de comida. Sesenta mil toneladas. Si sumamos lo que se echa a perder, lo que se bachaquea y lo que se comen los ratones, eso es demasiado. Ahora bien, en todo el mundo existen los restaurantes que llaman “All you can eat”, donde por 7 dólares hasta un camionero queda ahíto. Si el gobierno en vez de importar carne y pollo, se trae esos negocios para acá y le da por número de cédula su mesada de 7 americanos a cada ciudadano, eso requeriría un aproximado de 210 millones de dólares diarios. Ahora saquen ustedes mismos la cuenta y verán que eso es exactamente el ingreso por venta de petróleo si el precio se mantiene en 110 dólares por barril.