En Porlamar ya no caben todos... / Foto: JOSUÉ STEIN

31 Jul, 2014 | La presión urbana de Porlamar y su crecimiento tan poco planificado, genera impacto en zonas cercanas, donde lógicamente la gente busca el desahogo, y su natural solución al problema de la vivienda. No solamente el dilema es en qué trabajar, sino dónde vivir. Y en Porlamar no caben todos.

Ya agobiado y limitado el crecimiento hacia otros puntos cardinales, se buscó acomodo en el este de la ciudad marinera, pero tal desarrollo encontró limitantes en la capacidad de albergue de Los Robles-Pampatar, y por eso la tendencia actual es hacia el eje Pampatar-Guacuco-La Asunción, tras haberse copados también zonas del este, cruzando El Valle, la Santiago Mariño, Bella Vista, Sabanamar, Costa Azul y culminando con La Auyama, en ámbito disputado. Playa El Ángel, la Jorge Coll y demás urbanismos de Maneiro tampoco han sido suficientes.

En eso inciden dos factores. En primer lugar, la demanda de un crecimiento natural local y por otra parte la de aquellos que, provenientes de Caracas, Valencia u otras ciudades de tierra firme, se vienen a la Isla en busca de cambios, explica el arquitecto Antonio Aspite.

-Si uno observa también se copó la zona del Sambil Margarita, San Lorenzo, los Dos Cerritos y se va enlazando la necesidad, entonces, hasta llegar a La Asunción.

-Otro elemento que hay que tomar en cuenta es la depresión urbanística que sufre Porlamar, porque a la hora de conseguir un local o vivienda, el interesado lógicamente pedirá seguridad, estacionamiento, áreas verdes, fácil acceso a sitios de trabajo y, en general, mejor calidad de vida.

Ventaja comercial

Porlamar respira mayor solvencia es en lo comercial, y en la generación de empleos, dice Aspite.

-Lo recomendable, para lograr un urgente equilibrio en Margarita, es que se diversifiquen las ofertas de empleo y que el residente del oeste o norte de la Isla, también tenga cerca fuentes de empleos, vivienda, servicios, educación y salud.

El alcalde de Arismendi, Richard Fermín, coincide en que municipios como el suyo están obligados a generar inversiones, industrias y comercio, precisamente para evitar un futuro en que se catapulten solo "ciudad dormitorio".

"Eso está sucediendo y para revertirlo, en función de un crecimiento integral, estamos promoviendo generación de nuevos fondos de comercio, turismo y servicios conexos, tanto en el caso central de La Asunción, como hacia la avenida 31 de Julio, Crucero de Guacuco, zonas destinadas a parque industrial, comercial y empresarial".

La diferencia numérica entre los presupuestos de Mariño (Porlamar) y Arismendi (La Asunción), "es del cielo a la tierra", comentó Fermín, quien apunta que apenas los ingresos asuntinos rondan los 80 millones de bolívares anuales, ínfimos a la hora de proyectar recursos para atender toda la demanda de servicios.