25 Jul, 2014 | El que dude todavía de hacia dónde va Maduro y su combo, realmente está fuera de base. O lo ponchan, lo encestan, le meten gol o lo siquitrillan. Su desfase no tiene nombre dado que, a estas alturas, si no distingue las señales, su ceguera es absoluta. Porque la ruta está clarita. Sin duda alguna vamos hacia el mar de la felicidad.

Así lo ha decidido el verdadero comandante en jefe, allá en La Habana, y aquí, en Caracas, su segundón, obediente, cumple órdenes. Al fin y al cabo aquélla revolución depende de ésta. Natural, entonces, que agotada en lo ideológico y fracasada como gobierno, busque sobrevivir. Sabe que más nadie, salvo Maduro, puede garantizarle petróleo gratis para el rebusque. Igual los dólares provenientes de la chequera que ya no camina sino cojea.

A eso viene Borrego, que de tal no tiene nada. A imponer la línea de flotación. Para que Fidel y Maduro no se ahoguen. Asunto a resolver que el asesor guarda en carpeta marcado como prioritario. Nada importará que su contratación viole la ley que impide entregarle el manejo de las finanzas y de la seguridad a un extranjero. Total, Chávez lo dejó clarito cuando dijo que Cuba y Venezuela son una sola nación. Con un mismo gobierno y una misma ideología, la comunista.

Se impone, entonces, la respuesta de los economistas criollos. Muchos y buenos: Salirle adelante al camarada importado y entregarle al país las soluciones reales que nuestra economía reclama. Capaces de sacarla de su crisis. Será responsabilidad absoluta de Maduro rechazarlas o desarrollarlas. Pero habrán cumplido con Venezuela.

De no hacerlo ahora, que no se quejen después. Cuando el que le recomendó al Che cómo quebrar la economía cubana, comience a aplicar sus recetas. Él estaba a su lado a la hora en que Guevara ordenó los fusilamientos en La Cabaña y dio el tiro de gracia a quienes se opusieron a la llegada del comunismo a la tierra de Martí.

No habrá justificación alguna para su silencio. Si callan hoy, mañana los inmovilizará el peso de las medidas que impondrá el Borrego mayor.