23 Jul, 2014 | Huyen despavoridos niños, mujeres y hombres de la Franja de Gaza. El bombardeo israelí no distingue, ni perdona. De día, de noche, a cualquier hora. La situación es insostenible. Por ahora, van casi 600 muertos y miles de heridos. Es un drama que conmueve al mundo. No hay respeto por la vida. Ni presión internacional que detenga los ataques. Así masacran al pueblo palestino, que por años ha vivido prisionero en su propio territorio. Bloqueados, invadidos, bombardeados.

Especialmente en la Franja de Gaza permanece una población que pasa del millón de habitantes en condiciones infrahumanas, Ahora los exterminan ante los ojos del mundo. Sin que se tomen medidas efectivas para detener esa guerra. Y lo hacen precisamente los mismos que sufrieron un genocidio, en otros tiempos, por parte de Hitler. Actúan igual con los palestinos.

Ojo por ojo… La excusa es que se enfrentan al "terrorismo" del movimiento Hamás, que gobierna la Franja por voluntad expresa de sus habitantes en elecciones. Por eso disparan cohetes y matan a familias enteras, muchas de las cuales para escapar huyen y buscan refugio en los albergues de la ONU, organismo internacional cuyas resoluciones, en torno a este conflicto, son violadas. El propio secretario general Ban Ki-moon ha expresado "serias preocupaciones por el número de muertos civiles".

Ha condenado los ataques y pedido el alto al fuego. Pero no hacen caso. Nada ni nadie los detiene. Así lo ha manifestado el gobierno israelí en su llamada ofensiva que se realiza por aire y tierra. Los bombardeos no cesan. Escuelas, hospitales, templos religiosos, edificios. Desafortunadamente, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ratificó que "la ofensiva militar seguirá hasta que los israelíes estén seguros". Las bombas no discriminan.

Miles de personas en todo el mundo han salido a manifestar a favor de Palestina. Oídos sordos. Y el imperio dice que hace esfuerzos para acabar con el conflicto, pero justifica a los verdugos. Paren esa matanza. ¡Por Dios!