22 Jul, 2014 | Anteriormente ser profesional universitario era sinónimo de respeto y prestigio. Ahora no es así, las cosas han cambiado con este bochinche permanente que se ha dado en llamar "revolución".

En el mes de junio se celebran los días del Abogado y del Periodista. El 23 de junio, Día del Abogado, natalicio de Don Cristóbal de Mendoza, primer presidente de Venezuela después de la declaración de independencia del imperio español. El 27 de junio, Día del Periodista, en homenaje a la publicación en 1818 del primer número del "Correo del Orinoco", periódico creado por el Libertador Simón Bolívar para defender la causa patriota. Este año, en ambas fechas, tanto abogados como periodistas han venido señalando lo peligroso que significa ejercer ambas profesiones. Los abogados han sido víctimas del permanente acoso del Gobierno nacional al libre desempeño de su actividad impidiendo que se realicen las elecciones para las directivas de los distintos colegios de abogados, así como evitando que se cumpla con el Reglamento de Honorarios Mínimos en Registros y Notarías que funcionan en toda la República. Las trabas y obstáculos para la defensa de los presos políticos y estudiantes detenidos en las protestas son cada día más evidentes, incluso llegando al caso de enjuiciar a colegas abogados del Foro Penal y otras organizaciones no gubernamentales que se encargan de la defensa de los derechos humanos tan violados en la Venezuela del presente.

El caso de los periodistas es tan dramático como el de los abogados. Han sido centenares los periodistas agredidos por el solo hecho de cumplir con su deber de informar veraz y oportunamente. La Guardia Nacional y la Policía Bolivariana son los organismos que más han atacado la labor de los periodistas venezolanos. También han actuado en estas tropelías los grupos violentos identificados con el oficialismo. Muchos de los periodistas han sido despojados de sus cámaras, golpeados y detenidos por los cuerpos militares y policiales.

Los gremios de abogados y periodistas han protestado enérgicamente dichas agresiones y han recibido promesas de los ministros del Interior y de Defensa que dichos hechos no volverán a ocurrir. Pero la verdad es siempre otra.

Pero, si bien es cierto que abogados y periodistas son hoy profesiones peligrosas, no menos cierto es que los médicos han pasado a formar parte de la fatídica lista. Desde hace algún tiempo, médicos y personal de enfermería de hospitales y ambulatorios han sido atacados por grupos violentos que ingresan armados a los centros de salud.

En el Hospital Clínico Universitario de Caracas ingresaron unos delincuentes, fueron hasta el quirófano y allí remataron a tiros a una persona que estaba siendo operada. En el estado Vargas trataron de violar a una profesional de la Medicina y ante la protesta de médicos y enfermeras, le lanzaron a la policía y a los grupos violentos. Igual ha ocurrido en otros centros de la capital de la República y en varios estados del país.
Se agrede a los abogados, periodistas y médicos, mientras el hampa y la delincuencia andan con el moño suelto.

El país ha involucionado, ha retrocedido, por eso muchos profesionales se van del país, no ven futuro en medio de tanto abuso y violación de los derechos humanos. Esto debe cambiar comenzando por el gobierno y ese cambio solo lo puedes hacer tú. Así, el país no progresa.