22 Jul, 2014 | En Nueva Esparta la escasez llegó para quedarse. No hay conversación entre insulares en que no estén presentes la carencia y el desabastecimiento. Las personas se pasan información sobre dónde buscar los artículos que se encuentran desaparecidos de la vida cotidiana. Es común escuchar: "En los chinos hay café y aceite, pero apúrate, antes que llegue más gente".

Mujeres, hombres y niños van de un lado para otro, de supermercado a bodega, de abasto a los buhoneros, procurando lo que necesitan en sus hogares. Se da el caso de familias enteras deambulando y en colas para adquirir lo que pueda comprarse. Y cosa curiosa, si antes el factor dinero era el principal impedimento para hacer mercado, ahora lo es la escasez. O como dicen algunos: "Vamos a tener que comernos los billetes si no conseguimos nada".

No se trata únicamente de alimentos, sean harina de maíz, leche, café, aceite, pan, margarina, azúcar, por solo nombrar a los "más populares", porque también muestran intermitencia la mayonesa, las especias y hasta la manzanilla. Además de que hay desabastecimiento de artículos de limpieza y de higiene personal, incluyendo hasta pañales. Las damas, por su parte, se quejan al no encontrar tinte para el pelo ni acetona.

Una verdadera calamidad, si le sumamos la escasez de medicamentos, entre ellos la humilde aspirina, y ni se diga de otras medicinas que no se producen en el país. Tampoco hay lubricantes para vehículos, ni baterías, y los conductores tienen que fajarse en agobiantes colas para adquirir cauchos, si es que salen en venta.
Ante tan dramático panorama, poco hace el gobierno regional para enfrentar la situación, y nada el Ejecutivo nacional por los neoespartanos, tratándonos como ciudadanos de segunda categoría. Por eso, una advertencia rueda en tuíter hacia los turistas que piensan visitarnos en vacaciones, y es que se traigan su propia comida, porque aquí, lamentablemente, no hay.