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Estudiantes sin techo están bajo la caridad de vecinos Desde enero 259 niños de la Escuela Juan Ramón Aguilera de Chacachacare ven clases en seis casas humildes, sacristía de la iglesia y una panadería. Demolieron su plantel porque fue declarado inhabitable. Glorimar Fernández
Para la fecha no han retirado aún los escombros de la institución porque supuestamente la máquina está dañada. / Foto: JOSUÉ STEIN 4 Jul, 2014 | Una panadería, sacristía y seis viviendas humildes prestan sus instalaciones desde enero, para que 259 niños de Madres y representantes se negaron a que sus hijos perdieran el año escolar y decidieron movilizarse para que continuaran asistiendo a clases. El colegio fue construido en 1961 y el transcurrir de los años se evidenció en el deterioro de paredes, pisos y techos. Yusmery Villafranca, vocera del área administrativa del consejo comunal de la zona, dijo que "el 28 de enero los desalojaron después de que Bomberos y Protección Civil presentaran informe de que la estructura se encontraba inhabitable, parecía que los niños estaban en una escuela de natación, porque cada vez que llovía se inundaban los salones y los cables que estaban dentro de las paredes chispeaban". Quieren respuesta El 7 de febrero se presentó al pueblo de Chacachacare la autoridad única de Educación en el estado, Noris Soto, junto a la alcaldesa Ventura Salazar, voceros de Militza Brito, miembro del comité ejecutivo de Piden sede en pueblo A juicio de representantes del plantel, la Gobernación de Nueva Esparta viola el artículo 53 de El Estado debe crear y sostener escuelas, planteles e institutos oficiales de carácter gratuito, que cuenten con los espacios físicos, instalaciones y recursos pedagógicos para brindar una educación integral de la más alta calidad. En consecuencia, debe garantizar un presupuesto suficiente para tal fin". Madres dijeron que no permitirán que sus niños sean "repartidos" al plantel de la comunidad vecina de Los Gómez. "Hay dificultad de transporte, no hay línea de taxi para salir corriendo a la hora de una emergencia con nuestros hijos, no es justo que por no cumplir con la reconstrucción, nuestros hijos tengan que pasar trabajo para ir a la escuela", agregó Militza Brito. A los docentes que daban clases a 34 niños de quinto y sexto grado en la panadería del pueblo les quitaron el miércoles las llaves del local porque comenzarían con remodelaciones. Los estudiantes no tienen dónde culminar su año escolar. En la sacristía reciben clases un total de 21 infantes de primer nivel de preescolar, mientras que en la casa de la vecina Noraida Vázquez son educados 15 niños de cuarto grado, en la de Luisa Carreño, otros 17 del mismo nivel y en la de Migdalia Vázquez, que es la más grande, están 71 niños de primero, segundo y tercer grado. En la vivienda de Militza Brito se reciben 33, en la de Freddyna Salazar 13 y Emma López 27. No tienen nada El 19 de mayo, docentes de la escuela se enteraron de que los equipos y comida de estudiantes de este plantel fueron hurtados de un depósito que les prestaron maestros del plantel San Luciano Salazar. Antisociales abrieron boquete y hurtaron computadoras, mobiliario escolar y otros insumos, valorados en Bs 100.000.
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