Totumas, tazas, copas, maracas, onoteros, botellas y hueveras, son solo algunos de los utensilios que elaboran Jesús Espinoza y Fran Quijada los fines de semana en el calor de su hogar en el sector Camoruco del municipio Arismendi. / Foto: TANYA MILLÁN

01 Jun, 2014 | Hace nueve años, Jesús Espinoza aprendió por sí mismo el fino arte de convertir el fruto del árbol de taparo en herramientas utilitarias para la vida diaria.

Aunque esta es una labor que desde antaño realizaban nuestros ancestros indígenas, el ingenioso neoespartano empleó algunas de sus destrezas como albañil en el perfeccionamiento de la construcción de totumas, vasos, hueveras, floreros, cucharas, copas, cantimploras, botellas, y todo lo que la imaginación sea capaz de crear con un taparo y las herramientas adecuadas.

La pasión de Espinoza contagió a su ahijado Frank Quijada y a su sobrino Saúl Rodríguez. Entre los tres han realizado infinidad de utensilios, que usan en casa y que venden en ferias populares y encuentros artesanales a lo largo y ancho de la Isla.

Espinoza comenta que trabajar el taparo es una actividad maravillosa, que realiza en familia. Es tradición compartir un fin de semana con un buen sancocho o una parrilla mientras él junto a sus sobrinos trabajan con meticuloso cuidado la frágil superficie del taparo.

El artesano aclara que el taparo verde es ideal para elaborar totumas y maracas, mientras que las ya secas se usan para hacer vasos y contenedores.

Las formas son infinitas, los diseños son a gusto del creador. El taparo es noble, el artesano creativo, la tradición no desaparece, es ley de vida. Estos margariteños, desde su hogar en el sector Camoruco, enaltecen la tradición.

Para contactarlos puede llamar a los números 0414-802.6615 y 0416-097.5314, o acercarse a Camoruco.

Ingenio

Espinoza comenta que ha realizado experimentos con el fruto del taparo. Cuando está pequeño le amarra una cinta alrededor o lo mete dentro de una botella de plástico, estando aún pegado al árbol, cuando el fruto crece abandona su redondeada figura para asumir la del contenedor que le rodea.