21 Abr, 2014 | Está claro que en todo el planeta ningún Presidente elegido democrática y constitucionalmente ha sufrido tantos ataques y tentativas de desestabilización como nuestro valiente compatriota Nicolás Maduro.

Resulta increíble que quienes se autotitulan "democráticos" sean golpistas incurables. Lo vienen intentando desde el primer día de gobierno de Hugo Chávez, procurando ahora repetir aquel 11 de abril, pero no lo lograrán porque hay un pueblo despierto, alerta, que impedirá cualquier locura desesperada como lo han sido las guarimbas continuadas desde el 12 de febrero, que han dejado un saldo de muertos y heridos que lamentamos de corazón.

En esas difíciles circunstancias, nuestro Presidente ha construido miles de soluciones directas a través del eficaz Gobierno de Calle, el que tenemos el alto honor de conformar.

Se configuró un nuevo estilo de gestión que destrabó lo que el burocratismo frustra con tramitaciones y pasos innecesarios que alejan a los ciudadanos de la posibilidad de interactuar con quienes gerencian los asuntos públicos.

Desde el Ministerio de Comercio ratificamos nuestra total adhesión a la política de nuestro Jefe de Estado y nos comprometemos a seguir instrumentando la ofensiva económica contra la guerra desatada por la derecha fascista de adentro y de afuera, procurando desabastecer a la población y buscar el estallido, como le hicieron a Salvador Allende.

Acá fracasaron porque generamos un diálogo compartido y comprometido, rompimos con hechos la diabólica idea de que el Estado bolivariano es el "gran coco" al que hay que temerle.

Nosotros, en equipo, seguimos equilibrando la economía con producción, abastecimiento y precios justos (PAP).

Haremos todo para incrementar la elaboración de los insumos que se requieren en el país, impulsando las actividades productivas no petroleras. Venezuela es un país con oportunidades para todos, especialmente para los emprendedores genuinos que tengan sentido nacional y vocación industrial.

Demostraremos, actuando con unidad en la acción, que somos capaces de sustituir importaciones en muchas áreas y de esa manera salir de la economía de puertos y el rentismo petrolero, creando además miles de empleos nuevos.

Ojalá la Semana Santa haya traído paz a los espíritus endemoniados y los retorne a los caminos del diálogo que la patria se merece. Quiera Dios que comprendan que en democracia el que gana gobierna y el que pierde ayuda.

Un abrazo.