21 Abr, 2014 | Siempre quise escribirle para agradecerle toda su literatura, todo su periodismo, toda su imaginación, toda su solidaridad con las mejores causas. Ahora, que el 17 –Jueves Santo- de abril decidió marcharse, quiero dejar por escrito ese agradecimiento.

Amante del periodismo, del mejor, del periodismo que se apoya en la curiosidad, porque todo periodista debe ser curioso y preocupado en la investigación, porque en el periodismo tiene que ser verdad desde la primera línea hasta la última, y en la ética, porque la ética debe ser al periodista como el zumbido al moscardón. Así lo dijo en su maravilloso discurso en la Sociedad Interamericana de Prensa –SIP-, en Los Ángeles, una vez que entre muchos lo convencieron para que asistiera porque siempre se negó a asistir a esa reunión de empresarios de la prensa, sin embargo allí estuvo, y leyó su discurso que tituló: "El mejor oficio del mundo".

También estuvo entre nosotros. Y escribió en la revista Momento algunos de sus mejores reportajes, allí está Caracas sin agua, que a través de un alemán nos señala el comportamiento nuestro, que hasta ahora no hemos aprendido, nos dicen que ahorremos agua y nosotros seguimos lavando carros y haciendo todo lo posible por no hacerle caso a esa conseja. Aquí también recibió el Premio Rómulo Gallegos, por su maravillosa y siempre nuestra "Cien años de soledad". Aquí también lo conoció Mario Vargas Llosa, que fue con Tomás Eloy Martínez a esperarlo en el aeropuerto de Maiquetía, ese Vargas Llosa que escribió lo mejor que se ha escrito acerca de "Cien años de soledad" en su ensayo "Historia de un deicidio".

Amante también del cine, fundó en Cuba una escuela para el nuevo cine, en San Antonio de los Baños. En Cartagena creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Y en Colombia, junto con Enrique Santos Calderón, Antonio Caballero y Daniel Samper Pizano, creó la revista Alternativa, que después le valió su salida de Colombia a México.

En fin, que este es un mensaje a García Márquez para agradecer siempre todo su periodismo, su literatura, su imaginación que muchos llamaron realismo mágico, y su solidaridad siempre con las mejores causas.