15 Abr, 2014 | El primer round lo ganó a placer la oposición. Es la opinión de la inmensa mayoría de venezolanos que presenció en cadena nacional el diálogo-debate, que hizo bailar en una pata a los canales nacionales, al subir su amodorrante encendido en 41%.

Palo parejo fue lo que llevó Nicolás Maduro y sus cercanos colaboradores, siendo vapuleados en cada intervención de los representantes de la oposición, con Henry Ramos Allup y Henrique Capriles Radonski como las vedettes de la noche.

Luego de sentados y leída por el nuncio Aldo Giordano la carta conciliadora del papa Francisco, Maduro quiso lucirse al estilo de sus cadenas unipersonales, pero como le ocurre siempre al tratar de articular un discurso en largo, se le vieron las costuras de la falta de intelecto, quedando a merced de sus incómodos invitados.

Pobrísimas fueron las intervenciones de Diosdado Cabello y Blanca Eekhout. El primero, salido de un episodio de la prehistoria, por lo rupestre de su comportamiento y palabreo; y la segunda, al parecer no se ha dado cuenta que los años 70 quedaron atrás, y que no siempre tiene la razón quien es más altisonante.

Chocantes, como es su común, pero conscientes del escenario y de la mirada escrutadora de los televidentes, estuvieron Jorge Rodríguez y Aristóbulo Istúriz, mientras que apagado lució Elías Jaua y fuera de perol Rafael Ramírez.

Del lado de la MUD, Capriles llamó a las cosas por su nombre, en tanto que Ramos Allup se llevó las palmas de los televidentes y de los tuiteros, al campanear de esquina a esquina a Diosdado y Maduro. Por su parte, Omar Barboza, Henri Falcón, Roberto Enríquez y Ramón Guillermo Aveledo, se vieron cumplidores.

Esperemos hoy el encuentro y desenlace del segundo round, cuando seguramente Nicolás Maduro y su clan saldrán con estrategia nueva y más dispuestos a fajarse desde el primer minuto, para que los púgiles de la oposición no les sigan cayendo a piña al estilo Cassius Clay, bailándolos como mariposa y picándolos como abeja.