15 Mar, 2014 | "Yo insisto, sobrino, en que los extremistas de la oposición y los del gobierno bailan pegado". Con esta aseveración a modo de saludo, el tío Caballo Rojo se gana toda mi atención.

"Algunos dirán que eso no es posible con tanta tibiera que se tiene uno a otros, que hasta se andan matando; pero fíjese, mientras la gente en general anda pendiente de esos enfrentamientos, de cual calle o avenida está trancada hoy, de si metieron presa a la Machango o si los gringos vienen a invadirnos, nos seguimos calando las colas para comprar la comida y conseguir la cremita para lavar los platos".

Añade que lo más grave es que han logrado partir al país en dos mitades e intentan ponerlas una contra la otra en un duelo fratricida. "Si quiere una muestrica de lo que se está gestando, vea la peleíta de los vecinos de Puerto Moreno, tibios contra los de Playa El Ángel por la tranca de la calle".

Dice que es mentira que todo esto se trate de una lucha ideológica, porque los partidos políticos hace tiempo que abandonaron las doctrinas y se volvieron pragmáticos, por lo cual los dirigentes cambian de bando de acuerdo con la dirección del viento en el caso de los opositores, y las luchas intestinas en el mentado Polo Patriótico por una cuota de Poder se hacen más duras e intensas.

"La cuestión está sobrino en que la masa que vota por el chavismo y la que lo hace por la oposición sufren por igual las decisiones, muchas veces propias de niño malcriado, que toma el Heredero y su gobierno. Esto no se resuelve porque mi hermano chavista y yo nos caigamos a coñazos; por el contrario, ayudaría mucho si ambos, en conjunto, le exigimos al alcalde, al gobernador y al presidente, que se dejen de hablar gamelote y nos hagan la vida más decente".

Apunta Caballo que en el desarrollo de este proceso todos hemos perdido amigos y ganado enemistades, incluso en el seno de la familia, por lo que hace falta recuperar la cordura y fajarse unos y otros por lograr que la vida del país se haga beneficiosa para todos. "Hay que desmontar urgentemente el aparato generador de odio construido desde el gobierno y excitado por dirigentes opositores. Ese jueguito peligroso sólo le conviene a ellos y es malo para nosotros, la mayoría que sufre y vota".