La Jóvito Villalba, que conecta Los Robles con Pampatar, capital del municipio Maneiro, es territorio para las manifestaciones. / Foto: ARCHIVO

19 Feb, 2014 | Cuando no hay ninguna interrupción, el desplazarse entre Porlamar y Pampatar a través de la avenida Jóvito Villalba, por ejemplo, es prácticamente un "saltico", pero en los últimos días tal conectividad puede llevarse horas, tras las manifestaciones que impiden el libre desplazamiento tanto por esta vía como por la avenida Bolívar.

Residentes de las urbanizaciones Maneiro, Jorge Coll, Playa El Ángel y Paraíso dan cuenta de las peripecias o el suplicio, en muchos casos, que han tenido que sobrellevar para poder llegar o salir de sus casas.

Maneiro posee desarrollo inmobiliario, comercial y turístico. Tiene 46.070 habitantes, según el INE. En estos momentos, en su interior hay sentimientos encontrados. Siendo un municipio opositor (la actual alcaldesa, Darvelis de Ávila, le ganó el 8D al candidato del PSUV con 4.232 votos de ventaja), la mayoría apoya las acciones de protestas, al considerar que hay suficientes razones para ello, pero no todos avalan que se tranquen vías.

Una habitante de la Maneiro, urbanización con más de mil inmuebles, entre casas y town houses y quien prefirió no identificarse, dijo que es "antichavista", pero no está de acuerdo con los cierres. "Hay días en que he tenido que dar un vueltón desde Porlamar para regresar a mi casa; irme por la Fucho Tovar, llegar a La Asunción, retornar por Atamo, agarrar la Luisa Cáceres (cercana al Sambil), para enlazar con la Jóvito Villalba, con la sorpresa de que antier también nos cerraron ese retorno. Quedé atascada por horas", indicó. Admite que en su caso no ha tenido problemas a la hora de hacer compras en el supermercado o panadería, porque tiene conexión con la Jorge Coll, donde hay esos servicios.

"Pero he visto a muchos caminando, desde el Sambil a Los Robles. Estoy de acuerdo con protestas, pero que nos dejen pasar". Similar posición asumió otra residente a quien le preocupa, además, de que se impide el paso a la hora de una emergencia que lleve a clínica u hospital. También sufrió "en carne propia" parada obligatoria de tres horas, hasta que les permitieron que pasara en su carro a la Jóvito Villalba.

Quienes laboran o visitan centros comerciales exploran situaciones parecidas, porque no hay buses. Los mototaxistas ofrecen su servicio y hacen maromas en atajos por áreas verdes, porque no los dejan pasar.

La alcaldesa Darvelis de Ávila dijo que apoya la causa y que se manifieste, pero hay el derecho al libre tránsito. Sugiere que dejen pasar aunque sea por momentos, tal es la incomodidad que percibe de algunos vecinos, aun cuando otros están de acuerdo.

La idea no es reprimir, sino que haya convivencia ciudadana, dijo la autoridad municipal.