Trina Arocha abrió las puertas de su cocina para enseñar cómo conservar este delicioso producto de la culinaria criolla. / Foto: GENESIS TORANI

02 Feb, 2014 | Manjar de dioses, venido de África, conquista paladares en la época colonial y se asienta en la mesa venezolana como protagonista y complemento de múltiples platillos.

Se reconoce como un fruto de color verde, pero también presenta variedades de color rojo y amarillo, aunque es firme en su exterior, por dentro mantiene una textura jugosa y gelatinosa con abundancia en semillas.

Algunos lo comen cocido únicamente con sal, otros lo usan para espesar sopas, para saborizar guisos o lo conservan encurtido para comer como pasapalo o en ensaladas.

El Quimbombó, Okra o Gombo, ocupa un lugar importante en la comida tradicional del país.

En Margarita existen pequeñas plantaciones de la hortaliza a nivel de conucos. Es popular entre los abuelos, los primeros compradores de la hortaliza cuando aparece en el mercado.

En conserva

Trina Arocha, reconocida amante de la culinaria criolla, ha dedicado parte de sus investigaciones a este manjar africano.

Desde su cocina presenta una forma sencilla de preparar el Quimbombó, empleando la técnica del encurtido.

Destacando también los beneficios de la hortaliza para espesar sopas y guisos, de hecho en su libro de carnes incluye la receta de Pollo de Res Guisado con Quimbombó, un platillo ideal para compartir en familia.

Prodigio

Las propiedades medicinales del Quimbombó son magnificas, sus hojas en infusión ayudan al tratamiento de la garganta irritada y amigdalitis, es coadyuvante al sistema digestivo y combate el estreñimiento. Es frecuente ver que en el campo usan las hojas y la raíz de la planta del Quimbombó para hacer cataplasmas que combaten las infecciones en heridas y sus flores se emplean en Aroma Terapia como tratamiento para la ansiedad.